domingo, 26 de septiembre de 2010

Un Racing inexpresivo sòlo empatò sin goles con Tigre

Racing consiguiò su objetivo en Victoria. Con la idea de no perder, Miguel Angel Russo puso en la cancha un equipo cauteloso, sin vocaciòn ofensiva y para no volverse derrotado.

Y lo logrò. Frente al Tigre de Ricardo Caruso Lombardi, Racing sòlo pudo empatar 0-0.

El partido fue malo, de bajo caudal tècnico y con dos equipo que demostraron sus incapacidades. Por un lado, el local (Tigre), que juega a lo que puede, ya que mucho material (jugadores) no tiene. Por el otro lado, el visitante (Racing), que sì tiene buenos futbolistas, a los cuales Russo hace jugar mal (Giovanni) o directamente los deja entre los suplentes (Bieler).

En este contexto, fue Racing el "menos malo de los dos". Sobre todo en el primer tiempo, dònde intentò un poco mas que un rival que abusò mucho del juego brusco. En los primeros 45 minutos, Giovanni estuvo movedizo y Fernàndez acompañò.

Ya en el complemento, Tigre se animò màs, se dio cuenta que enfrente tenìa un rival temeroso y sin ideas (Racing). Pero fue aquì cuando, el equipo de Caruso mostrò todas sus limitaciones.

En definitiva, un empate con sabor a muy poco: ya deja enterrada las chances de pelear por el tìtulo y cada vez màs lejos de la tabla de la clasificaciòn a las copas. Al ùnico que deja màs tranquilo esta igualdad es a Russo, quien saliò y buscò no perder, sin importarle lo que Racing necesitaba (los tres puntos), pero importàndole demasiado no cosechar una derrota que ponga en su duda su continuidad y su capacidad como tècnico. ¿Si no como se entiende que, con el partido 0-0 cuando entra un delantero (Hauche) sale otro (Luguercio)?; ¿si no como se comprende que no ingrese Bieler?; ¿si no como se comprende que ante Tigre Racing ponga un cauteloso 4-4-1-1 y no lo modifique en 90 minutos?

En fin, Racing empatò, sigue jugando mal, sigue siendo un equipo inofensivo y quedò muy lejos en la pelea por el tìtulo. Y todo esto es responsabilidad de la misma persona que quiso empatar en Victoria y lo logrò: Miguel Angel Russo.

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