lunes, 27 de septiembre de 2010

Así, no

Si Racing pretende acostumbrarse a las victorias, cosechar aplausos, entrar a alguna copa u olvidarse del promedio deberá mejorar la anémica imagen que entregó ante Tigre. Y deberá empezar por definir a qué juega y que circuitos pone en funcionamiento para ello.

Para graficar la actuación de Racing en Victoria bien podría parafrasearse a una reconocida hincha de La Academia. “Así, no”, diría Mirtha Legrand. Es que si el equipo de Miguel Ángel Russo pretende sumar puntos y acostumbrarse a las victorias, si tiene como objetivo cosechar aplausos de su gente, entrar a alguna copa u olvidarse del promedio deberá mejorar la anémica imagen que entregó ante los dirigidos de Caruso Lombardi. Y deberá empezar por definir a qué juega y qué circuitos concretos pone en funcionamiento para ello.

En el arranque del encuentro, Tigre se dedicó a una tarea: cortar con lo que tuviera al alcance (piernas, manos, codos) los avances del rival. Y, ese escenario, la actuación del arbitro Federico Beligoy merece un párrafo aparte que bien pueden etiquetarse con un “Así, no” grande como el Cilindro de Avellaneda. Si no se sanciona a quienes implementan el juego brusco poniendo en riesgo al rival, entonces se les concede impunidad para repetir esas acciones hasta el cansancio. Y eso fue lo que sucedió. Con la misma soltura que le mostró la amarilla a Ayala haciendo gala de autoridad, el arbitro debería haber amonestado a Pérez y Galmarini: ambos jugadores ya habían comprado todos los números en la rifa de tarjetas de todos los colores pero como respuesta solo recibieron un “siga, siga”. De hecho, el equipo de Russo terminó con más amonestados que Tigre ((Patricio Toranzo, Roberto Ayala y Matías Cahais contra Fernando Telechea y Diego Castaño).

Durante la primer parte del encuentro, sobresalieron los lujos de Giovanni Moreno, que fueron retribuidos por los jugadores locales con patadas. Si bien el colombiano dio muestras de su gran técnica, sigue faltando el circuito de fútbol que maximice y le saque rédito a ese talento. Si no existe esa maquinaria de fútbol, las habilidades de Gio pasan a ser intrascendentes y hasta pueden llegar a exasperar a más de uno si no derivan en jugadas que pongan en aprietos al rival.

En las escasas llegadas de Tigre en el primer tiempo hubo un jugador que dijo presente en toda su humanidad: Jorge De Olivera. El arquero tapó un remate de Fernando Telechea y otro de Claudio Pérez, quien disparó al arco en vez de mandar centro. Incluso hubo un gol anulado a Tigre por una evidente falta sobre Claudio Yacob.

Por el lado de La Academia, Lugüercio (el llanero solitario, en realidad) despilfarró varias jugadas de gol. El ex Estudiantes no logró resolverlas con rapidez y se abatató. Así no, Payaso. Si el entrenador recorre las imágenes de este partido advertirá que es hora de que la delantera tenga fuerza, profundidad, ideas (o por lo menos, que empiece por una de ellas). Está claro que hoy por hoy Racing no tiene un delantero inamovible. Será tarea exclusiva del DT replantearse cuál es la razón de peso por la que Claudio Bieler debe seguir condenado al banco de suplentes y Gabriel Hauche a solo entrar de a ratos y por alguien de sus mismo puesto.

En el complemento, Racing salió a la cancha aletargado y eso casi le cuesta muy caro. Tigre reventó el travesaño con un disparo de Telechea y Denis Stracqualursi tuvo un mano a mano que no pudo definir porque De Olivera le salió al cruce. Racing se fue acomodando, emparejando el trámite, pero nunca terminó de encender del todo los motores como para ir hacia adelanta con convicción. El ingreso de Hauche dio un poco más de volumen en los últimos metros (con alguna llegada) pero no alcanzó para que Racing pudiera quedarse con los tres puntos.

“Lo que no es, puede llegar a ser”, asegura la señora de los almuerzos. Para que Racing sea un serio aspirante a abandonar la mitad de tabla (e incluso, no bajar aún más) el entrenador deberá encontrar las rutas que conduzcan a la pelota hacia el arco rival con ideas, con criterio y fútbol. Y ese camino se encuentra a años luz del que transitó hoy en Victoria. Por allí seguro que no.

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