lunes, 13 de septiembre de 2010

Desiciones y tiempo de prueba

Con cuatro caídas al hilo, el mundo Racing se debate entre dos opciones: darle algo más de crédito al actual DT o colocar un aviso buscando postulantes para ocupar el inestable banco albiceleste. Y para Russo llegó el momento de sacar a relucir los atributos que lo llevaron a ser firme candidato para dirigir la selección.

Pasó de ser candidato para dirigir la selección a ser un técnico que camina por la cuerda floja con su currículum como paracaídas. Con el correr de las derrotas, su presencia empezó a deshilacharse y así el equipo entendió que había que volver al viejo “chip”: solo estamos para sumar para el promedio.

Con cuatro caídas al hilo y un futuro endeble, el mundo Racing se debate entre dos opciones demasiado conocidas: darle algo más de crédito al actual DT o colocar un aviso buscando postulantes para ocupar el inestable banco albiceleste. Aunque para tomar esa decisión habrá que pensar demasiado bien cuales serán los requisitos excluyentes en esa búsqueda. No sea cosa de volver a pecar de ingenuos y que el remedio sea peor que la enfermedad.

El plantel, el entrenador y los dirigentes estuvieron reunidos durante casi una hora tras la derrota 2-0 ante Estudiantes. Los jugadores se retiraron abatidos y sin hacer declaraciones. Russo evitó hablar de su continuidad. Por lo pronto, no hubo indicios de un alejamiento inmediato del entrenador. Aunque más de un hincha solo desee ver su cabeza en la guillotina, el DT parece atrincherado al banco de suplentes. Y, todo parece indicar que allí volverá a estar el próximo viernes, cuando Racing enfrente a Lanus.

Esta claro que el entrenador deberá ampararse en algo más que en un pedido de tranquilidad y paciencia como hizo hace algunos días atrás. Es el momento en el que deberá pesar toda su experiencia para elegir a los once que sean capaces de dar vuelta la historia. Para ello deberá dejar atrás los caprichos y fetiches personales y encontrar el esquema (y actores principales) que rindan como equipo. En esta semana que comienza, tendrá un aliciente: podrá contar con Giovanni Moreno y Marcos Cáceres. Aunque eso solo no basta para resolver el problema.

Aunque llegó con el rotulo de “joya”, por ahora en Avellaneda no pudieron usufructuar todo el potencial del colombiano. Estuvo ausente en el debut ante All Boys (no había sido habilitado), ante Colón (había viajado con su Selección) y frente a Estudiantes (el técnico decidió no arriesgarlo debido a un traumatismo en el tobillo derecho y no fue ni al banco). A estas alturas, está claro que solo con la presencia de Moreno no alcanzará para despertar a Racing de su letargo futbolístico crónico. Será la obligación de DT encontrar la manera para que el colombiano pueda confirmar en Racing que fue inversión acertada.

Otro que tampoco estuvo ante el Pincha fue Marcos Cáceres, quien regresó el jueves de su participación con la selección de Paraguay. El defensor se entrenó el viernes con el plantel y fue al banco de los suplentes. Al poder contar con el paraguayo, Russo deberá revisar las grietas de la última línea y repararlas (caiga quien caiga). Lo mismo debe plantearse en la ofensiva (que por momentos realmente ofende a los hinchas con su falta de contundencia y de gol).

En lo que va del torneo, Racing debió enfrentarse con otro grave problema (aunque no sea un atenuante para sus malas actuaciones): las lesiones. En el último amistoso de la pretemporada, sufrió la baja del lateral Iván Pillud, por una fractura en el quinto metatarsiano del pie derecho. El jugador ya dejó las muletas para iniciar los ejercicios con el kinesiólogo, aunque recién podrá hacer fútbol en cuatro semanas. Y, hace una semana, Luís Fariña sufrió una rotura de ligamentos cruzados en el partido ante Colón. El juvenil será operado la próxima semana, y estará seis meses inactivo. Por reglamento, La Academia podría pedir otro refuerzo. Pero más allá de los nombres que sonaron (Diego Barrado, entre otros), los dirigentes afirmaron que por ahora no realizarán ninguna gestión. De esa decisión se desprende un mensaje: en el actual plantel se encuentran todas las piezas necesarias para dar vuelta la historia. La mayor incógnita (que desvela a los hinchas) es si un equipo que pasó de ser “candidato a pelear arriba” a ser “una maquina expendedora de puntos para los rivales” logrará resurgir de entre sus propias cenizas de la mano de un entrenador que deberá demostrar ahora porque hasta hace poco sonaba con fuerza como el sucesor de Maradona.

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