lunes, 20 de septiembre de 2010

La alegría desde el cemento

Una sonrisa temporal y una semana alegre. Gracias a los 4 goles frente a Lanús, las 30.000 almas que se hicieron presentes en el Cilindro podrán, nuevamente, estar cara a cara con la tranquilidad y la necesidad de volver a soñar con un torneo sin complicaciones.

“Vayas a donde vayas, voy a estar” es, sin duda, una frase que refleja una enfermedad que a esta altura ya no se cura con nada. Pese a los malos resultados que el equipo de Miguel Ángel Russo había cosechado (4 derrotas consecutivas) la gente se acercó al estadio único de Avellaneda por inercia y 30.000 almas coparon todos los sectores de la cancha.

La catarsis que cada uno de los hinchas realizó a lo largo de la semana en los bares de su barrio se dieron cita el viernes a la noche, en donde cada uno daba su opinión sobre las modificaciones, planteos tácticos y problemas que el equipo debía mejorar. “Bieler no tiene que jugar”, “Basta de 4 en el fondo” y “Ponelo al Raton!” eran algunas de las opiniones que se escuchaban en las adyacencias del estadio horas antes del encuentro.

Una vez que el reloj marcó las 21.20 y el árbitro Diego Abal hizo sonar su silbato, las criticas se transformaron en aliento y al ritmo de “En el este y el oeste, en el norte y en el sur” en conjunto con los papelitos celestes y blancos, las once camisetas que iban a dar batalla para volver a conocer el sabor de la victoria se encaminaban hacia el círculo central. “Y dale y dale y dale Racing dale” y ya no había más nada que decir, estaba todo en sus manos.

Por sus antecedentes, se podía presumir un partido accesible ya que el conjunto granate venía de ser vapuleado por Godoy Cruz por 4-1 de local y Racing, con la necesidad de ganar, tenía que ir al frente para encontrarse con el gol lo antes posible. “Dejo todo por la Academia, ganes o pierdas te sigo igual” se hacía eco en las gargantas celestes y blancas.

El tan extrañado grito de GOL se hizo desear. A los 42 minutos del primer tiempo y luego de una jugada dudosa en donde no se sabía si la pelota había ingresado o no, todo el sector local estalló y, por fin, pudo disfrutar y volver a encontrarse con la victoria parcial en un partido de este torneo Apertura. Hay que destacar que salvo el enfrentamiento con All Boys, el resto de los partidos Racing arrancó abajo en el marcador.

Esa jugada que termino decretando el 1-0 parcial fue decisiva para el desenlace del encuentro. A los 2 minutos se fue expulsado Agustín Pelletieri por exceso verbal. Racing con 1 jugador más y 1 gol arriba. Un escenario ideal para el gran final.

“Traigan más policías, traigan más patrulleros que en la 10° fecha…”.

Así se fueron los primeros 45 minutos en donde claramente se vio a un Lanús perdido, sin ideas y con la gran complicación de ser uno menos y estar de visitante. Luego de los 15 minutos de entretiempo, los equipos vuelven a salir a la cancha al igual que los nervios en todos los hinchas. El miedo de que el resultado se de vuelta es moneda corriente pero sin embargo el empuje y el aliento no desaparecieron nunca.

Con la fea imagen que había dejado el equipo de Russo en el complemento frente a Estudiantes, se puede decir que los últimos 45 minutos frente al conjunto del Sur fueron uno de los mejores. Por fin Giovanni Moreno se desvirgo del gol y mediante un tiro desde los doce pasos pudo concretar el tan ansiado pase a la red que venía buscando desde que se incorporó al equipo. 2-0 arriba y una tranquilidad poco común.

En 10 minutos, Racing se encargó de derrumbar toda ilusión de remontada por parte de los granates. A los 18 el penal de Moreno, a los 20 una nueva expulsión (en este caso de Lugo por un codazo) y a los 27 el gol de Cahais. El entorno ideal para acordarnos de nuestros queridos vecinos: “Mire señora hay que … esa es la cancha de…”, “Viniste a los quinchos…” y “Así sos vos, el Rojo tocaba timbre en los Monoblock” fueron algunas de las canciones con las que la Guardia Imperial anticipó un nuevo clásico de barrio.

El gol de Hauche a los 44 minutos fue la frutilla del postre. Esperemos que esta contundente victoria, aunque frente a un débil rival, sea el trampolín para saltar y comenzar a mirar alto. Estos tres puntos, significan un envión anímico para los jugadores y una semana tranquila para los hinchas. Ahora, hay que pasar la página, pensar en Tigre el próximo domingo a las 18.10 en Victoria donde estaremos todos, una vez más, por el simple hecho de ver la celeste y blanca dentro de una cancha de fútbol.

Por Iván Gorzalczany
ivan.gorza@hotmail.com

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