A los 22 minutos del primer tiempo, Gabriel Favale decidió dar por terminado el encuentro debido a una intensa lluvia que se desató sobre el Jardín de la República. A los 15, De Olivera le atajó un penal al Pulga Rodríguez.
El marco del cotejo era el ideal para un enfrentamiento en el que ambos equipos empezaban a jugarse su propio destino en cuento a la lucha por el descenso. Atlético de Tucumán debía conseguir obligatoriamente los 3 puntos para empezar a soñar con la permanencia, mientras que el conjunto dirigido por Russo necesitaba la victoria para empezar a alejarse de sus inmediatos perseguidores: Rosario Central y Gimnasia de La Plata. Pero llegó la lluvia, y con ella, la interrupción del partido.
Favale no sólo marcó con su silbato el inicio del encuentro, sino también el comienzo de la tormenta perfecta. Racing parecía haber arrancado con el envión anímico que significó el triunfo ante Newell´s, tratando de llevarse por delante a un equipo local que aún no ha triunfado en lo que va del Clausura. Hauche tuvo a los 2 minutos una jugada clarísima para abrir el marcador, pero el delantero conectó de manera imperfecta el balón, el cual salió desviado.
Los minutos transcurrían y el agua se iba apoderando del césped. Ya a los 10 minutos era muy difícil trasladar correctamente el balón. El juego se hizo más trabado y el beneficiado en esta nueva situación parecía ser Atlético Tucumán. A los 15 llegó el penal tras una falta cometida por Cahais a Azconzábal: La Pulga Rodríguez lo ejecutó fuerte pero muy poco esquinado, lo que posibilitó que De Olivera lo atajara de gran manera.
Los siguientes 7 minutos se jugaron bajo el océano pacífico. El árbitro tardó esa cantidad de minutos para determinar lo que ya era una obviedad para cualquier ser humano. Ahora resta saber cuándo continuará el partido ya que La Academia tenía previsto volver a Avellaneda mañana por la mañana.
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