lunes, 19 de abril de 2010

Racing sufrió, ganó y gozó bajo la lluvia

En seis minutos convirtió tres goles, tras ir perdiendo por el tanto de Tobio, para conseguir una victoria fundamental por la permanencia. Convirtieron: Lugüercio, Yacob y Bieler.

El hincha de Racing conoce a la perfección el axioma: “Para gozar, hay que saber sufrir”. Es más, es una marca de nacimiento. La noche pintaba dura, triste y preocupante, pero, de golpe, cuando ni el más optimista lo imaginaba seguramente, un aluvión de sucesos se desarrollaron a favor de La Academia y la jornada lluviosa y penosa terminó siendo un canto a la vida para el delirio y desahogo de los fieles racinguistas.

El primer tiempo concluyó con la ventaja parcial para Vélez, quién solamente con orden y aprovechando su oportunidad se estaba llevando demasiado premio. Porque el cuadro local fue quién propuso más, quién intentó ser el verdadero protagonista ante los pibes de Gareca. Contó incluso con las mejores situaciones. Claro que por más que intentaba llevar el juego por las bandas, con Fernández y Castromán, carecía de profundidad y las aproximaciones eran con disparos de media distancia tratando de aprovechar el estado del campo, que con la lluvia, era un peligro para los arqueros.

Así, a las 24m. Bieler exigió a Barovero. A los 30m. Yacob, de lejos, obligó a revolcarse a Barovero para enviarla al córner. Enseguida otro remate de Fernández por arriba. Como los de Russo eran previsibles y chocaban contra la defensa visitante, el único recurso parecía ser los disparos de afuera del área.

A los 39m., en un córner, la defensa local se durmió y Tobio cabeceó solo para conectar el 1-0. Enseguida respondió con un tiro libre Bieler, a Barovero se le escapó entre las piernas pero llegó Torsiglieri para salvar su arco.

La caída momentánea provocaba que Racing cayera en zona de promoción (por el triunfo de Gimnasia sobre Boca). Por ello, había preocupación en los hinchas, el equipo no estaba respondiendo y la anemia de goles continuaba.

El complemento estuvo cargado de emociones: buenas y malas. Lo negativo: los incidentes en las tribunas por los disturbios realizados por ambas parcialidades lo que hizo que el partido estuviera detenido; ¿Acaso no se dan cuenta algunos hinchas que provocando o respondiendo agresiones pueden perjudicar al club con la quita de puntos y/o suspensión del estadio?. Sin palabras.

Volviendo al encuentro, lo positivo fue que Racing cambió para mejor y contó con el factor “suerte” esta vez de su lado. Con el ingreso de Grazzini por Castromán (lesionado), la Academia cambió el esquema táctico y la forma de jugar. El enganche rosarino le maquilló la cara al equipo.

A los 8m, Lugüercio no pudo conectar un centro cuando había que soplarla nomás. A los 15m, Grazzini sacó un remate impresionante que se estrelló en el palo… El empate estaba al caer, se merecía largamente.

Pero de golpe, se despertó Vélez y en cinco minutos casi liquida el pleito. En esos instantes, le robó la pelota a los de Russo, salió del acoso local y llevó peligro. A los 18m, lateral-centro de Lima, otra vez la defensa que no despeja, otra siesta, y Cabrera ingresando al borde del área chica fusiló a De Olivera, bien despierto, que espectacularmente le tapó el grito; hubiera sido el golpe de nocaut.

Pasado el temblor, empieza la resurrección académica. La primera buena noticia la da Collado al echar al juvenil Alvarez, por exceso verbal. Iban 23m. Enseguida Russo mandó un mensaje: Hauche por Zuculini. También, El “Payaso”, picante, avisó con un disparo desviado…

Y lo dicho. El gol debía llegar con remates de media distancia debido al buen cerrojo trabajado por la defensa velezana.

A los 29m., muy buena jugada de izquierda hacia el centro de Lugüercio cuyo remate de afuera del área cruzado y bajo fue inatajable para Barovero. 1 a 1. Resultado más acorde por lo hecho por ambos equipos.

Pero Racing vio que se podía y debía conseguir los tres puntos por lo que fue por más. Dos minutos más tarde, Hauche pierde un mano a mano con el arquero, en la misma jugada el delantero otra vez no pudo convertir. A los pibes de Liniers, la expulsión y el empate “los mató” literalmente porque no pusieron más resistencia. A los 32m. Yacob capturó una pelota y su bombazo dejó parado a Barovero. Golazo. 2 a 1.

Para terminar con cualquier fantasma e intento de volver al partido por parte de los visitantes, Bieler apareció para definir cruzado a los 35m., y así desatar la locura en Avellaneda. Sí, ¡Racing lo estaba dando vuelta! ¡3 goles en 6 minutos!... a buscar en los archivos. El arquero local volvió a lucirse posteriormente ahogando un grito con otro remate de afuera.

Después sólo restó que se cumplieran los diez minutos de adición por los incidentes mencionados y así poder festejar una victoria que vale oro. Por la manera en que se consiguió, porque se lo pudo dar vuelta (que importa que enfrente estaba un equipo juvenil), porque nuevamente hubo tres goles – no se conseguía desde la primera fecha frente a Central -, porque algunos jugadores dieron muestras de que SI SE PUEDE con fútbol y carácter sacar al equipo adelante.

Se viene el partido pendiente en Tucumán. 68 minutos claves para que Racing pueda despegarse un poco del resto. Para tomar aire, para inflar el pecho. La pelea es dura pero hay esperanza, hoy hubo signos positivos. Racing esta vez cantó bajo la lluvia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario