viernes, 9 de abril de 2010

Tiene su propia cruz

Frente a Godoy Cruz, Racing tenía la oportunidad de alivianar el peso de la pelea por el descenso. Pero la falta de precisión en los momentos en los que dominó el juego le impidieron sumar de a tres.

Se hace cada vez más pesado el camino de Racing en este torneo. Cuando aparece una oportunidad para alivianar el peso de esa cruz llamada promoción, al equipo de Russo tropieza. Frente a Godoy Cruz, La Academia salió decidida a quedarse con los tres puntos y de esa manera alejarse de la zona tan temida. En frente, tenía un equipo con la chapa de aspirante al titulo pero que se plantó en el campo de juego preocupado por mantener el propio arco en cero y ver si podía hacer algo más.

En varios pasajes de la primera etapa, Racing intentó llevarse por delante al escolta del torneo. Los juveniles Zuculini y Fernández renovaron las usinas del equipo y encendieron los motores para ir por la victoria. Así, el equipo presionó, tuvo la pelota, ahogó al rival en la mitad de la cancha y se mostró concentrado como para capturar los rebotes. Pero otra vez apareció el gran karma: falta de precisión en los últimos metros para poder coronar el esfuerzo en la red. Gabriel Hauche no estuvo fino en la definición y desperdició varias chances para abrir de una buena vez el marcador.

Por el lado de Godoy Cruz, solo se arrimó al arco de De Olivera por algún descuido de Racing. La defensa académica no pasó grandes sobresaltos y se mostró firme.

En el segundo tiempo, Russo incluyó varios cambios: Falcón por Zuculini, Lucero por Fariña y Lugüercio por Hauche. Pero el equipo ya no mostró la misma presión en la mitad de cancha y recurrió al peor libreto: abusar del pelotazo. De esta manera, permitió que Godoy Cruz jugará el partido que quería: uno en el que el arco propio no corriera ningún riesgo. Lugüercio intentó más de lo que pudo y los avances de Racing se volvieron demasiado previsibles. Aún así, el local no abandonó la tarea de intentar convertir el tanto de la victoria.

Como si La Academia no tuviera suficiente con el peso de su propia cruz, los fallos arbitrales enardecieron al público local. Diego Aval consideró inexistentes (o “dudosos”) dos penales favorables a Racing: Aveldaño es tocado en el área y, en otra jugada, hay una mano clara tras un tiro libre de Bieler.

No habrá tiempo para lamentarse por los puntos perdidos. El próximo rival en el camino es Estudiantes y será otra final. El entrenador deberá trabajar para mejorar en la definición. Allí está la gran cruz de Racing pero, si juega como en la primera etapa, todavía está a tiempo de ponerle fin al calvario y finalmente resucitar.

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