lunes, 26 de abril de 2010

"Algún día voy a volver a Boca"

Russo aparenta ser un tipo de códigos. Su armonía y su falta de polémica a la hora de declarar lo hace un hombre sencillo, de barrio. Pero al fin y al cabo es un trabajador más del fútbol y la tentación por regresar al equipo que sacó campeón de la Libertadores en 2007 le mueven el piso más allá de estar plenamente comprometido en y con Racing.

En los últimos días sonó muy fuerte su nombre para agarrar Boca una vez terminado el Clausura. Hasta se llegó a decir que el DT espera salvar a la Academia de la Promoción para después armar las valijas y volverse para Casa Amarilla.

Ante esta situación, Rodolfo Molina salió al cruce y calificó como “una falta de respeto” a lo que haría Boca, es decir, robarle el técnico a Racing. Además, el presidente académico declaró: “No es correcto ir a buscar un técnico que está trabajando porque se le traslada automáticamente el conflicto al otro club. No es un delito ni un ilícito, pero no es ético y entramos en un vale todo”.

Si fueran meras versiones periodísticas, Molina tendría que haber desmentido el rumor y Russo disipado cualquier tipo de dudas sobre su continuidad. Pero como nada de esto sucedió y el presidente salió a responder el intento de arrebato, la conclusión que se desprende es que hubo algún tipo de contacto para con el actual entrenador racinguista.

Además, si uno analiza a Russo desde la lejanía y observa su conducta, su forma de pensar y su pasividad, consideraría como una atroz falacia el hecho de pensar que dejaría el barco Racing para subirse al barco Boca.

Sin embargo, Russo abandonó Vélez luego de cumplir un objetivo (en caso de la Acadé sería no jugar la Promoción) y agarró la tentación xeneize, equipo al que sacó campeón de la Libertadores y tras perder la final intercontinental ante el Milan fue echado.

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