domingo, 28 de marzo de 2010

La lección de Fernández

Ante Newell´s, el juvenil Fernández le enseñó a sus compañeros cómo se debe desandar el camino de la victoria. Lejos de pesarle la camiseta, arremetió con habilidad y, de su mano, Racing consiguió tres puntos de oro para permanecer en primera.

Durante la semana, algunos hinchas de Racing le habían entregado a Claudio Yacob una carta para el plantel. Esa fue la manera elegida para transmitirles su enorme desesperación ante la inoperancia del equipo. Ante Newell´s, quedó claro que hubo un jugador al que no le hizo falta leer esas palabras para salir a la cancha con hambre de triunfo. El juvenil José Luis Fernández le enseñó a sus compañeros cómo se debe desandar el camino para obtener buenos resultados. Lejos de pesarle la camiseta, aportó vértigo, habilidad, se desplegó con potencia y arremetió hacia delante con la convicción del más experimentado caudillo. De poco, el equipo pareció contagiarse y desechó esa maldita costumbre de rifar la pelota.

Un cabezazo de Martinez antes del primer minuto de juego fue la señal de que Racing intentaría ir en busca de los tres puntos desde arranque. Pero, en varios pasajes de ese primer tiempo, el equipo de Russo abusó de los pelotazos inciertos, cometió imprecisiones a la hora de distribuir el balón y eso le trabó el camino. Por el lado del visitante, contó con alguna chance para convertir pero exhibió las mismas falencias que su adversario en cuanto a pases desprolijos y revoleos innecesarios.

Racing probó con algunas fórmulas para ir aclarando el panorama: Mercado probó desde lejos, Bieler se perdió dos o tres claras y Hauche también tuvo alguna chance. Los intentos de Racing provocaron que el juez de línea Juan Pablo Belatti levantara la banderita en varias ocasiones. En algunas acertó, y en otras, vio posiciones inexistentes. Sin miedo, Racing se fue acercando al arco de Peratta.

Ante los de Sensini volvió a confirmarse lo que hace rato se sabe: Bieler es vital para la estructura del equipo. Su olfato le permite estar siempre en la orbita justa de la pelota y su pegada es un arma enorme para someter a la red. Puede que a veces le salga o no, pero su presencia marca una diferencia abismal. En el primer tiempo, el ex Liga de Quito tuvo al menos tres o cuatro situaciones muy claras que fueron ahogadas por Peratta. Así, se diluyeron los primeros 45 minutos.

En el complemento, Racing no pareció entrar en desesperación ni desorden. Iban casi cuatros minutos de juego y Bieler volvió a quedar fuera de juego. E incluso Aveldaño se atrevió a disparar contra el arco en un tarde en la que hasta el sol se sentó en primera fila para hinchar por La Academia.

Además de las llegadas propias, Racing volvió a tener esa cuotita de suerte que permite que las siempre entran, esta vez se vayan lejos. Así, un remate de Boghossian se fue afuera. Fue como si aquel fantasma que hizo caer a Bustos en la final ante Belgrano, volviera a hacer sus travesuras para que el pueblo académico no tuviera que volver a sufrir una decepción.

Con el correr de los minutos, Fernández empezó a adueñarse de la banda izquierda y a emprender con criterio la misión de llegar al arco de Peratta. Allí estuvo el negocio de Racing. En sus piernas pareció concentrarse aquel pedido de los hinchas: actitud y entrega. Sus compañeros, lejos de aletargarse, fueron comprendiendo el mensaje y entraron en sintonía. El ingreso el otro juvenil, Luis Fariña, terminó de ajustar las últimas tuercas que faltaban en el engranaje del ataque académico. El desenfado de ambos chiquilines le devolvió a Racing la certeza de que su futuro dependerá únicamente de quienes portan sus colores dentro de la cancha. Y, de una vez por todas, Racing parió la victoria: Castromán abrió para Aveldaño, Peratta dio rebote y Martinez estuvo allí para mandar a la pelota contra la red. Así, el equipo de Russo empezaba a dar vuelta los pronósticos: mientras muchos presagiaban un Cilindro ardiendo por una nueva derrota, atrapó los tres puntos y no los soltó hasta que el árbitro pitó el final. Newell´s contó con alguna chance para empatar, pero La Academia manejó la pelota y trató de tenerla hasta el último instante. Así, se abrazó a la victoria que le permiten estar afuera de la promoción y volver a soñar con la salvación definitiva. Todo fue posible porque hubo un juvenil al que no le hizo falta leer un mensaje para jugar con el alma y el corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario