El plantel se entrenó en Avellaneda sin atención a la prensa, donde Sebastián Grazzini se sumó al lote de los lesionados por una pubalgia. Pensado en Newells, el técnico Miguel Á. Russo realizaría variantes tanto de nombres como de sistema táctico.
El arduo presente no otorga respiro y para La Academia las malas son la moneda corriente de un equipo que no encuentra el rumbo en el actual Torneo Clausura. Inmerso en un ambiente caldeado por los malos resultados y las diversas versiones que dieron a conocer los medios sobre internas en el plantel, la jornada tuvo un particular condimento.
Habiendo desmentido los supuestos conflictos en el grupo, donde Claudio Bieler fue uno de los protagonistas, el entrenamiento se realizó a puertas cerradas y los jugadores, molestos con la prensa por su manejo de información, optaron por negarle a cualquier medio su presencia.
Al margen de la veracidad, o la falta de ella, de los conflictos que se dieron a conocer, La Academia no cuenta con el margen para entrar en polémicas que no se relacionan con su objetivo. De ser verdad, el prestigio de la institución no se puede dar el lujo de otorgarle su grandeza a los involucrados. Caso contrario, los jugadores deben concentrarse exclusivamente en revertir la negativa imagen de un equipo desorientado que aún tiene mucho por hacer, y poco tiempo para realizarlo.
Mas allá de las irregularidades que aportan nulos aspectos positivos en la lucha por no perder la categoría, el grupo llevó a cabo distintas tareas físicas y fútbol reducido. De los trabajos, no pudo participar Sebastián Grazzini, quien padece un pubalgia y estará inactivo por dos semanas.
Al mismo tiempo, de cara el encuentro del sábado ante Newells, el cuerpo técnico sigue de cerca la evolución de Juan Carlos Falcón, quien sufrió un golpe en la cresta iliaca, y aún no se encuentra en óptimas condiciones para ser de la partida. Por otra parte, Pablo Luguercio, que arrastraba un traumatismo en el aductor izquierdo, recibió el alta médica y se encuentra a disposición del entrenador.
El mismo, exigido por los pobres rendimientos de sus dirigidos, tendría en mente realizar variantes en cuanto a nombres y sistema táctico. Luego de volver a utilizar un fallido 3-4-3, Russo diagramaría un esquema más combativo, con cuatro volantes en la mitad del campo de juego y dos delanteros.
De esta manera, el DT analiza quien de los tres delanteros quedará fuera de los once titulares, aunque los indicios indicarían que Luguercio sería el candidato a salir, conformando así una ofensiva con los dos refuerzos, Bieler y Gabriel Hauche.
El cupo que se abriría en el mediocampo, genera la mayor incógnita por develar, ya que para el mismo surgen diversos nombres. Mientras Martín Wagner y Marcos Britez Ojeda se presentan como opciones en la recuperación, los juveniles José Luis Fernández y Luís Fariña, de gran nivel en reserva y con escasos pasos en primera división, se muestran como candidatos con mayor poder ofensivo.
Con esas alternativas por develar, mañana habrá una práctica de fútbol formal a puertas cerradas. En la cancha principal, desde las 15, Miguel Russo podrá ver opciones para el armado del equipo que buscará romper con la sequía y enderezar el rumbo de una buena vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario