martes, 12 de octubre de 2010

¿Y que más por este amor?

Más de 2.500 fanáticos estuvieron presentes en el banderazo que se realizó en la puerta del Hotel Savoy donde los jugadores de Racing se encuentran concentrados para lo que será una nueva edición del clásico de Avellaneda. Bombos, gargantas al rojo vivo y mucha ilusión…

Ya desde las 19.30, como estaba estipulado, la gente de Racing se fue acercando al Congreso con la intención de contagiar y transmitirles a los jugadores todas esas ganas y esa pasión con la que se viven esta clase de partidos en donde el orgullo del barrio se pone en juego.

Cuando el reloj marcaba las 19.50, ya eran más de 800 personas las que se encontraban en el Congreso aguardando por la llegada de más fanáticos, y así, de una vez por todas, dirigirse hacía la Avenida Callao al 181 donde esta ubicado el Hotel Savoy.

Una vez en la puerta del hotel, eran más de 2.500 hinchas los que con la garganta al rojo vivo cantaban, saltaban y alentaban por estos colores a la espera de una victoria el próximo domingo. La Avenida Callao, cortada en su totalidad, era testigo una vez más de una de las tantas demostraciones de fidelidad y locura que tanto los colectiveros y los vecinos de la zona se encargaban de contemplar.

José Luis Fernández, Lucas Aveldaño y Matías Martínez regalaron sus camisetas desde el balcón de sus habitaciones. Del cuerpo técnico, al único que se lo vio fue al preparador físico, Guillermo Cinquetti, quien expresó: “Es impresionante lo de la gente”. A su vez, Bruno Zuculini aseguró: “Me encantaría poder estar saltando con la gente, pero no nos dejan”.

Además, la gente aprovechó la oportunidad para pedir que Fernández se quede en el club y fue él, junto con Martínez, quienes cantaron y aplaudieron al compás de los bombos y los cánticos de la gente.

Ya a esta altura, la palabra locura no refleja esta hermosura, y que mejor que describirla como una enfermedad sin cura que no tiene ni un gramo de amargura. Simplemente, Racing.

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