martes, 12 de octubre de 2010

Se perdió desde el vamos

Un partido que en la previa la “Academia” tenía que salir a apretar en todos los sectores y había que encontrar el reemplazante justo de Giovanni Moreno. Se cambió el horario solo porque ellos querían, un encuentro que se empezó a perder desde antes de jugarlo.

Finalizado el encuentro contra Huracán se sabía que se avecinaba el partido más importante de Racing en el campeonato.

El clásico de Avellaneda tenía dos protagonistas totalmente distintos: Independiente venía de mal en peor, con la contratación de un técnico nuevo y el termómetro de juego que se encontraba en los 35 grados.

En cambio, Racing llegaba luego de ganar dos de los últimos tres encuentros por goleada, con la autoestima bien arriba y el termómetro de juego se encontraba en unos 40 grados.

Con estas dos realidades estaba de más decir que el equipo que tenía que tomar la iniciativa y matarse en todos los rincones de la cancha tenía que ser la “Academia”.

Había un gran problema. El director técnico de Racing, Miguel Ángel Russo, tenía que encontrar el reemplazante exacto de Giovanni Moreno, quien debería afrontar compromisos internacionales con la selección de Colombia.

Muchas variantes no tenía pero si las necesarias para intentar de acorralar a Independiente en su arco:

Bruno Zuculini: Si Russo elegía al pibe de la “Academia”, se garantizaba una corrida y una entrega constante en la mitad de la cancha. Claudio Yacob no se encontraría tan solo y el máximo exponente de actitud y sacrificio era Zuculini. Solamente había que decirle comete la cancha.

Claudio Bieler: Si la intención del entrenador era ganar el clásico desde el comienzo, esta era otra opción más que buena. Tres delanteros con Gabriel Hauche y Pablo Lugüercio, estos dos últimos bien abiertos por los costados desbordando constantemente.

Lucas Castromán: Si este delantero fuera el de Vélez no quedan dudas que estaría desde el comienzo. Pese a no estar bien físicamente y con el diario del lunes, hubiera sido una buena opción que tome las riendas de la ofensiva académica.

Pese a estas tres opciones, Russo eligió poner entre los 11 titulares a Brian Lluy. Al elegir a este volante, se sabía que Racing no iba a ir a buscar el partido sino a esperarlo. Un cambio conservador y un 4-4-2 clavado.

Con esta decisión que tomaba el técnico albiceleste quedaba en claro que no se quería ganar desde el comienzo. No se explica el porqué, era la oportunidad de quebrar la racha de 10 encuentros sin victorias sobre los vecinos.

Los dos jugadores que pudieron reemplazar perfectamente a Giovanni Moreno hubieran sido: Sebastián Grazzini o Luis Fariña. El primero de los dos mencionados se fue a jugar a All Boys y nunca se salió a explicar lo que realmente imposibilito al enganche continuar en la “Academia”. Por el lado del surgido de las canteras del club se lo soltó en la cancha ante Colón para que reemplace a Gio y salió lesionado al poco tiempo de iniciado el encuentro.

Lejos de lo futbolístico, los dirigentes de Independiente hicieron lo que quisieron. Que lo jugamos un domingo, que lo jugamos el lunes, que queremos más tiempo para que trabaje el nuevo técnico, que lo vamos a sentar en el banco.

No hay nada más que decir, se volvió a perder otro clásico, un encuentro que claramente se empezó a perder desde el vamos.

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