lunes, 18 de octubre de 2010

Con Moreno es-era robo

La vuelta de “Gio” tras la derrota en el clásico se dio ante pedido de renuncia, silbidos, aliento, convocatoria y una herida que no cicatrizó con la victoria ante Argentinos. Lo perdía por Niell y su estrella, Giovanni Moreno, lo dio vuelta con dos estiletazos.

Los goles se gritan siempre, en mayor o menor medida. Porque sirven para seguir con una remontada, esos que definen un partido apretado, los que son para aplaudir por alguna delicia que se traen escondida. Pocos son los goles que impulsan furia por algo que ya pasó, o que no. De la zurda de Moreno salió una delicadeza cuando ejecutó el tiro libre, y de gran parte del publico un grito furioso de ira que los transportó una semana atrás. “Con este era goleada, no lo puedo creer”, decía un cuarentón mientras Moreno se señalaba su numero diez. Un vitalicio asentó con la cabeza en el medio del festejo agregando que “esto es así, pibe”. Se incrementó aun mas cuando entre Bieler y “Gio” decretaron la suerte del match. Sin tocar siquiera el balón, el delantero realizo dos movimientos que posibilitaron una sutil definición del diez. Increíble. Dos jugadores que por distintas especulaciones no estuvieron en el juego más importante del campeonato.

Sin haber asomado la cabeza del banco, al DT de Racing le alcanzó para que, con un movimiento táctico bien marcado, su equipo logre imponerse. Fueron mas de diez minutos en los cuales Pedro Troglio no movió el esquema defensivo y se dedicó a jugar hombre a hombre en el fondo sin que nadie sobre. Con Hauche en la derecha, Bieler por el centro y Moreno como extremo izquierdo, el local pudo torcer el partido a su favor. Anteriormente había alcanzado la igualdad tras un maravilloso tiro libre del colombiano, que se incrustó en el ángulo izquierdo de Navarro. El empate apareció en el momento justo, cuando el cronometro tocaba los 15’ y los juegos suelen dar un vuelta de hoja. Toranzo, errático como siempre e insistidor como nunca mas allá de los silbidos, enfiló hacia el área y lo bajaron. El resto tiene un final feliz.

Durante todo el complemento brilló por su ausencia el bicho. Sostuvo su ilusión a partir del buen criterio de Ortigoza y el orden táctico de Mercier. La Academia le cerró los circuitos de juego, adelantó a Toranzo y Yacob ocupó un lugar en el territorio enemigo. Desde ahí Racing empachó sus ilusiones de sumar de a tres. Solo atinó a preocupar por la ineficaz “salida” de De Olivera que terminó en un cabezazo de Ocampo.

La lluvia de agravios que despidieron al equipo y el pedido de renuncia de su DT cuando los jugadores enfilaron al vestuario en el entretiempo, se generaron por lo sugerido por el equipo desde los 20’ hasta la culminación del PT. Anteriormente, sin ser voraz, el local dominaba el juego, rompía líneas, pasaba la pelota en campo rival y se anunciaba con chispazos de Moreno y Bieler en ataque. Aunque Argentinos cambió el ahogo por aire y con Ortigoza como bandera impuso las condiciones ante una defensa desorbitada de Racing. De allí proviene el gol de Niell: una jugada que cuenta con tres rebotes y ningún defensor ni siquiera cerca de los mismos. A eso se le agregó el despeje infantil y carente de técnica por parte de De Olivera.

Los de Troglio tuvieron el control cuando Racing lo perdió. La victoria permite un desahogo y la posibilidad de trabajar con calma, aunque la herida sigue abierta y Racing, en deuda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario