Otra vez los protagonistas del entrenamiento académico no fueron los jugadores sino hinchas que entraron al club y se ocuparon de expresar todo su dolor, luego de la derrota en el clásico, mediante amenazas y destrozos.
La derrota inesperada en el clásico de Avellaneda le trajo varios problemas a Racing. El martes dos hinchas habían insultado a los jugadores y Claudio Bieler fue el encargado de responderles; También se hablo de un escupitajo que voló por parte de los profesionales.
En la práctica de hoy, otro grupo de hinchas insultaron al plantel y se la agarraron personalmente con un jugador.
El futbolista que tuvo la desgracia de sufrir esto fue Brian Lluy. Según trascendió en las últimas horas el defensor de la “Academia” había salido a bailar en la noche del domingo (el lunes era feriado) luego de haber perdido el partido más importante de Racing en el campeonato.
Esta reacción del jugador luego del encuentro no fue bien vista en estos hinchas que le realizaron un par de rayones en el auto.
Con otro futbolista que tuvieron un dialogo, normal sin mayores expresiones, fue con Lucas Castromán, a quien le quedo claro que las cosas con el no estaban bien.
Con el técnico de Racing, Miguel Ángel Russo, también hubo un enojo diferenciado, pero el ex entrenador de Boca, declaró en un programa televisivo que la charla con los simpatizantes fue simplemente futbolística y con mucho respeto.
Además y como si fuera poco, periodistas reconocidos tuvieron un entredicho con la gente de seguridad del club ya que no podían entender como no se les permita sacar fotos al auto de Lluy, mientras que los hinchas anteriormente habían hecho lo que hicieron con la mayor tranquilidad.
Esto también provocó el enojo de un peso pesado del plantel, que le recriminó al personal de vigilancia: “ustedes dejan pasar a cualquier por acá”, en obvia referencia a los hinchas que habían rayado el auto.
Ahora el domingo Racing enfrenta a Argentinos en el Cilindro de Avellaneda. Para este encuentro se espera un clima tenso y una clara demostración de los hinchas que perder el clásico de toda la vida duele, y mucho.
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