Mirando a Vivas desde un rincón

Dejando de lado la platea, la popular, sacándose de encima los nefastos recuerdos sobre los últimos dos encuentros, y alejándose un poco, sólo un poco, de los comentarios y las expresiones que describen sentimientos turbulentos, ampliando el campo de observación, y mirando a Vivas desde un rincón, la cuestión puede ser mejor analizada.

De poco sirve opinar sobre un tema cuando la cabeza de uno yace a una temperatura muy superior a la normal ya que lo expresado seguramente distará mucho de lo que realmente se hubiera dicho si la cuestión hubiese sido analizada en el momento y lugar adecuados. Ningún fanático puede sacar conclusiones acertadas sobre un partido ni bien éste termina como así tampoco ningún político debería tomar medidas sobre algún asunto en particular sin haber profundizado detalladamente en sus implicancias. Como dijo el Juez de la Corte Suprema, Carlos Fayt, "cuando se piensa bien, es cuando se meditan largamente las cosas".

Cierto es que a Racing le crearon demasiadas situaciones de gol en las tres primeras fechas. Cierto también es que el equipo pareciera involucionar, ya que el rendimiento del mismo fue decayendo encuentro tras encuentro. Nadie duda de que la línea de 3 genera más inseguridades que la Policía Metropolitana usando las picanas "Taser". Ni al menos lúcido en materia deportiva se le podría escapar el comentario " le falta juego colectivo al conjunto albiceleste". Bieler no participa, Hauche empieza y termina las jugadas como si el resto de sus compañeros no estuvieran en cancha, Ledesma es inoperante. Todas estas frases forman el casi único discurso que se escucha hoy en el ambiente académico. Y si bien todas ellas parecieran ser ciertas, ¿el entrenador Claudio Vivas, acaso, no posee créditos suficientes como para sacar adelante a sus dirigidos? ¿El técnico está cegado y no puede ver todos los inconvenientes que posee su cuadro?

En primer lugar, un entrenador que expresa lo siguiente: "Nos crearon muchísimas opciones de gol", o que dice que "“No fuimos verticales porque no creamos opciones de gol. No pudimos manejar la pelota y salir por los costados. No supimos controlar la pelota, se perdieron muchas pelotas en el medio y la captación de rebotes era de ellos", y que finalmente concluye que "Un mal partido lo tiene cualquiera, lo que pasa es que ya van dos malos partidos", todo lo anterior manifestado en relación al enfrentamiento ante Arsenal, nadie puede sostener racionalmente que el técnico no esté viendo las falencias del equipo. Las afirmaciones que Vivas explayó durante la conferencia de prensa fueron las mismas que luego pudieron leerse por analistas y no analistas en medios, blogs, y foros. Es decir, él mismo fue el primero en dar la primicia sobre los verdaderos inconvenientes de Racing.

En segundo lugar, Claudio Vivas declaró luego de la victoria ante Rosario Central, cuando la algarabía de la hinchada se encontraba en su mayor nivel, "No somos candidatos, tenemos que ir de a poco, pensar en cada partido. Si bajamos los brazos un segundo en los noventa o noventa y cinco minutos que dura el partido, lo podemos pagar caro. Tenemos que estar metidos el cien por cien", palabras muy frías y calculadas en un momento en que podría haber tomado de la mano la ilusión de la gente y subirse con ellos al tren de la utopía llamada "tenés que salir campeón este es el año".

En tercer lugar, el ex ayudante de Bielsa realiazó una fuerte autocrítica luego de caer en Santa Fe: " Me tengo que replantear que el equipo jugó mal y ver cómo lo mejoro. Me fui preocupado, no encontramos respuestas y no pudimos manejar la pelota. Fuimos un equipo partido. Uno a veces le erra en algunas cosas y tiene que ser autocrítico". Y, por último, sintetizó con gran oportunismo lo que debería ser un mensaje para todo el universo Racing: "El mundo futbolista es exitista. Ya éramos candidatos, campeones, y no habíamos conseguido nada, ni siquiera habíamos salido de la Promoción".

Un entrenador que tiene, como lo ha demostrado Claudio Vivas, una visión del juego precisa, una forma de expresarse abstrayéndose de la coyuntura analizando a sus dirigidos, y a sí mismo, con sentido crítico y, sobre todo, una forma poco común de desenvolverse en el crispado ambiente futbolístico manteniéndose lo más alejado posible de la soberbia, un entrenador como el anteriormente descripto, como el que tiene Racing en el banco de suplentes, es conciente de las limitaciones y falencias de su conjunto y alguien que conoce esto, y tiene el poder de visualizar los defectos, ¿acaso no debería tener más posibilidades de corregirlos comparado a quienes hablan gratis cuando se les pone un micrófono delante? ¿Hubieran escuchado los simpatizantes albicelestes tales declaraciones luego de los partidos ante Rosario Central, Colón y Arsenal de un técnico como Caruso? Y que nadie ponga en tela de juicio la importancia de las formas y fondos y no sólo de lo inmediato y superfluo. De más está decir que el ahora director de Tigre cosechó 3 puntos de 24 en juego durante el Apertura 09.

El columnista escribió meses atrás, cuando Molina decidió contratar a Vivas, que un proyecto a largo plazo, como el que se quería implantar en el club, con el objetivo inmediato de sumar parecían, a piori, ideas incompatibles. Y las primeras tres fechas, con todos los refuerzos de alto nivel en el campo de juego, demostraron que 2 malos resultados pueden derrumbar todo un proyecto. Racing necesita sumar como así también necesita un ideólogo, un hombre que diseñe el fútbol de La Academia teniendo en cuenta años, no meses ni semanas. El entrenador por ahora no ha podido ser aquel hombre que compatibilice las premisas antes expuestas. El tiempo apremia, el promedio también. Los hinchas albicelestes, desde este rincón de análisis, deberán ser más cautelosos a la hora de criticar ya que el paso de la esperanza por la obtención del título a la más profunda desazón, en tan sólo 7 días, sólo produce más incertidumbre y nerviosismo en un plantel que necesita tranquilidad para remendar los errores. Por su parte, Claudio Vivas deberá llevar a la inmediatés sus palabras a la práctica porque el diagnóstico es el correcto, ahora sólo falta encontrar el remedio indicado.