domingo, 28 de febrero de 2010

La historia se repitió en doce pasos

Racing perdió 1 a 0 ante Independiente, con un gol desde el punto penal de Darío Gandin. Fue expulsado Gabriel Hauche y, a los 47 del segundo tiempo, Patricio Rodríguez. Aunque Racing mejoró en la segunda etapa, no le alcanzó y sigue muy complicado con el promedio.

En el instante en el que el árbitro hizo la seña menos querida, más de un de un hincha de Racing ya lo presentía. Iban 43 minutos del primer tiempo, cuando el referí Pittana determinó que era penal para Independiente por una mano intencional de Brian Lluy. En una semana donde el arbitraje estuvo en el centro de las críticas rojas, un intrascendente Darío Gandín se acercó a la pelota y, desde los doce pasos, clavó el primer tanto para el equipo de Américo Gallego. En el transcurso del encuentro, ese resultado no se alteró y así quedó escrita una nueva una nueva pagina del clásico de Avellaneda. Una vez más, el desconsuelo fue para el pueblo académico. Y los fantasmas de la promoción y el descenso directo volvieron con más fuerza que nunca. La puerta del infierno quedó abierta y habrá que ver como se las ingenia Miguel Ángel Russo para evitar que sus dirigidos den el paso que falta hacia ese agujero negro.

En el arranque del partido, Racing pareció salir convencido a ir en busca del arco rival. No se había consumado ni el primer minuto de juego y Yacob casi abre el marcador, aunque Gabbarini mandó la pelota al corner. Instantes después, otra oportunidad fue desaprovechada por Ayala. Independiente tuvo sus réplicas y de poco se acomodó en el campo de juego. En una de las primeras llegadas, Gandín consiguió la pelota en el círculo central y su remate generó peligro. Más tarde, Piatti la entregó para Silvera, quien cabeceó muy cerca del ángulo del arco académico.

Minutos después, Piatti desplegó su conocida destreza para eludir rivales pero la jugada culminó en un disparó sencillo para De Olivera.

Por el lado de Racing, Castromán intentó un remate sin fuerzas que frenó Gabbarini. A esas alturas, Lugüercio y Hauche no conseguían que sus eternas corridas fueran un arma desequilibrante.

Entretanto tanto, Mercado mostraba señales de malestares físicos. Así, Racing empezó a recurrir al pelotazo, a no recuperar el balón, a dejar que el rival se acercara al área de De Olivera, aunque el arquero tampoco tuvo un trabajo tan intenso en esa primera parte.

A los 33 minutos, hubo un tiro libre a favor de Racing (a pesar de las habituales protestas de Gallego) pero no lo aprovechó. Más tarde, Lucero intentó con un centro sin destino.

Tras minutos después, Silvera pifió en el área y no pudo convertir, mientras que Busse lo intentó erráticamente desde lejos. Cuando el partido no tenía un dominador neto, se produjo la jugada de Lluy, la tribuna local exigió desaforadamente y el árbitro no lo dudo. Gandin, quien no había desnivelado en toda la primera parte, marcó el 1 a 0.

Al final de los primeros 45, quedó flotando un interrogante: ¿Racing sería capaz de dar vuelta una historia demasiado conocida?.

Para el arranque del complemento, Russo decidió el ingreso de Cahais por Wagner. Lluyd se acomodó a la derecha y ayudó a neutralizar a Mareque.

A los nueve minutos, estuvo cerca de convertir el empate. Lugüercio habilitó a Hauche, pero este se equivocó en la definición.

Cuando Racing era más que Independiente, el árbitro no volvió a pasar desapercibido. En una maniobra donde los dos jugadores van con la pierna levantada, decidió expulsar al de Racing. Así Gabriel Hauche se fue temprano a los vestuarios.

Ante este panorama, Russo decidió el Ingreso Steinert para explotar la banda y de Bieler para ayudar en la ofensiva. Mientras tanto, Gallego mandó a la cancha a Rodríguez. Con ese panorama, Racing fue a la carga como pudo.

A los 24, Aveldaño mandó un zapatazo desde 30 metros que se estrelló en el ángulo. Sin ser descomunal, La Academia parió varias jugadas que bien podrían haber sellado el empate. Cahais cabeceó por arriba del travesaño y Bieler tuvo una oportunidad que fue atajada por Gabbarini. A los 38, el ex Liga de Quito cayó en la orbita del área de Independiente. Desde la óptica del árbitro, no fue infracción.

Por el lado de Independiente, hubo un disparo de Rodríguez que resolvió con excelencia De Olivera. El local ni siquiera aprovechó una contra sin arquero tras una jugada de Racing en la que participó De Olivera. Por el lado de La Academia, Bieler se la perdió de cabeza.

La tarjeta roja que recibió Rodríguez a los 47 del segundo tiempo tuvo el extraño sabor de la conocida ley de la compensación. Fue el primer amonestado de Independiente en todo el encuentro. Era demasiado tarde para que esa expulsión cambiara la historia del partido. En los últimos instantes, un cabezazo de Aveldaño permitió soñar con el empate académico que nunca llegó.

En la semana, muchos hablaron de que Racing era beneficiado luego del partido con San Lorenzo. Habrá que ver como se sostiene esas teorías.

Con la rigurosidad que lo caracteriza, apenas culminado el partido, el diario Olé se apuró desesperadamente a publicar que el Rojo dejó a Racing en descenso directo (está en promoción). Lo cierto es que Independiente volvió a festejar. Miguel Angel Russo deberá resolver el enigma (peor que un jeroglífico) que le queda por delante. Mientras tanto, Julio Comparada hoy podrá dormir más que tranquilo.

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