jueves, 25 de febrero de 2010

"La responsabilidad de Racing es limitada"

Habría pasado menos de una hora del pico máximo de tensión en las boleterías del club, y mientras el expendio continuaba su curso con un clima denso, el presidente Rodolfo Molina decidió expresar públicamente la versión oficial de una serie de sucesos inexplicables. En declaraciones al programa “Un Buen Momento” (Am 910), Molina aseguró que “la responsabilidad de Racing es limitada” debido a las escasas localidades otorgadas al publico visitante y a la falta de compromiso por parte de la policía y de los empleados del gremio U.T.E.D.Y.C.

“Nosotros nos hacemos cargo del desmán que se produjo hoy por la desorganización, pero no podemos vender más de lo que nos dan. Me hubiera gustado darles una solución a todos, pero esto no depende de mí”, admitió el dirigente. Luego, agregó: “Necesitas personal que venda entradas, que dependen a un determinado gremio, y te llegan tarde. Necesitas que la policía te organice el orden de la gente y te llegan tarde. Y te quedan a la venta 500 entradas y tenes 5000 personas para comprarla. La autocrítica que puedo hacer es muy limitada.”

Racing e Independiente habían sellado un pacto tácito de reciprocidad en lo que respecta a la entrega de localidades visitantes. En el Apertura 2009, la dirigencia albiceleste entregó 3.000 entradas generales y 1.500 plateas, esperando una cantidad similar en el clásico subsiguiente. Sin embargo, el Co.Pro.Se.De. intercedió en este arreglo bilateral y restringió la capacidad de la cabecera visitante del estadio de Independiente.

De esta manera, Racing dispuso inicialmente de 3.500 entradas generales para el expendio, de las cuales cerca de 1.800 fueron destinadas al “Pack Visitante”, 700 a las distintas Filiales y un porcentaje menor al protocolo dirigencial. Por ello, al comienzo de la venta, las localidades disponibles no llegaban a 800, para más de mil personas (en su mayoría con más de un carnet) que esperaban desde la madrugada en la calle.

“Cuando vos tenés una demanda tan grande y un producto tan escaso para satisfacer esa demanda es muy difícil organizarlo. En un clásico es sabido que la gente quiere ir a la cancha. Al haber pocas entradas es muy difícil tener contento a todo el mundo.”, remarcó Molina. Y luego, en relación al limitado remanente disponible para el expendio, el Presidente planteó una disyuntiva: “o lo salís a vender y pasa lo que sucedió esta mañana, o no lo vendes y empieza a haber una serie de especulaciones que pueden apuntar a la reventa de entradas o al amiguismo dentro del club. Esa es una situación difícil y que no me gusta.”
 
Más allá de la cantidad de localidades otorgadas por el rival, el repudio generalizado de la gente debe tomarse como punto de inflexión para un tema en el que se viene fallando recurrentemente. La respuesta del público, en masa y malhumorada, es imprevisible. Por ello, la dirigencia y los organizadores deben estar preparados para este tipo de situaciones, mucho más cuando han estado del otro lado del alambrado. La próxima semana se presentará un cuadro de situación, al menos en la previa, similar. La respuesta debe ser, como mínimo, distinta.

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