martes, 14 de junio de 2011

Puntos suspensivos

Russo aún se encuentra reunido con Molina y Podestá y su renovación sigue sin definirse. La voluntad del entrenador será determinante, al igual que el veredicto de sus dirigidos. Los hechos marcan una continuidad, los resultados un alejamiento. En la dirigencia las aguas están divididas, pero no hay un preciso plan B. Aunque un sector postula a Ramón Díaz, un viejo anhelo.

Durante la tarde de este martes, comenzó una reunión clave para el desarrollo del conflicto. Miguel Ángel Russo se reunió con los máximos dirigentes del club, Rodolfo Molina y Pablo Podestá, para analizar el tema de su continuidad. Y lo cierto es que, por estas horas, todavía se encuentran congregados, sin haber llegado a un acuerdo. De ninguno de los dos entornos contestan los llamados y la desinformación atrapa el suceso. Esto significa que su renovación está dividida en un 50% para un sí y otro 50% para un no.

Hasta hace algunas semanas se daba por hecha la renovación del contrato de Russo. Más asegurada estaba hace unos meses, cuando pocos imaginaban este extremo de la realidad. Sin embargo, hoy, con el presente como sinónimo de fracaso, la duda envuelve la continuidad del técnico de Racing.

La negociación para agregarle una vida al ciclo del experimentado entrenador pasó de estar encaminada a estar desinflada, con el paso del tiempo. Fueron perjudiciales las palabras del presidente, quien aseguró que “todo proyecto se sustenta en resultados”. A partir de ahí, Russo dejó de brindar conferencias de prensa semanales y todo hacía pensar que la molestia por las declaraciones podían alejarlo de Avellaneda. Sin embargo, fue muy cauto y evitó aclarar algo sobre la decisión de no hablar, sobre lo dicho por Molina y menos sobre su decisión de seguir al frente del plantel. Por supuesto, los magros resultados, la delgada línea recorrida entre ingresar y quedarse afuera de la Copa Sudamericana (último objetivo por concretar, luego de fracasar en otros) potenciaron la incertidumbre y la ira del hincha, quien empezó a mirar con recelo hacia el banco de suplentes.

En un sector de la dirigencia apuestan por mantener vigente el proyecto iniciado a mediados del Clausura 2010. En otro costado claman por la renuncia o, en última instancia, dejar correr la caducidad del contrato. La primera idea es más cercana al vicepresidente, Podestá. La segunda intención, a la autoridad máxima, Molina. Y a pesar de que a esto último no lo sustente un convincente plan B, la alternativa sería ir por un viejo anhelo (causalmente previo al desembarco del ex Estudiantes y Boca): Ramón Ángel Díaz. Sus altas pretensiones económicas, sus exagerados pedidos para el armado del equipo y un fuerte interés de Libertad, de Paraguay, alejan al ex San Lorenzo y River. Sin embargo, es valedero subrayar algo: nadie de la CD intentó comunicarse con el riojano. Antes quieren cerrar las charlas con el actual DT.

La primera conversación con los directivos -en Mayo- por los refuerzos y la organización del próximo semestre (giras, pretemporada, copa, eliminatorias y convocados, renovaciones, ventas), los nombres surgidos como posibles incorporaciones, las palabras de Podestá con nuestro medio (“Aunque no juguemos la Sudamericana, el técnico se va a quedar”) hacen pensar que la balanza está más inclinada para el lado de un futuro promisorio. En tanto, hay escasos indicios que marquen el final de un ciclo, más allá de los resultados (siempre vitales, claro) y las incógnitas planteadas. La voluntad del entrenador será muy importante, el deseo del plantel también. Por eso, las horas encerradas entre la noche de hoy y el mediodía del miércoles se transformarán en decisivas.

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