Antes de visitar La Plata y comenzar la seguidilla de partidos más importante del semestre, con el pase a la Sudamericana en juego, Miguel Ángel Russo suspendió la habitual conferencia de prensa. Las críticas por las derrotas condicionaron al entrenador. Y cuando su continuidad parecía un hecho, aparecieron las palabras del presidente, Rodolfo Molina, quien puso interrogantes a la renovación del contrato.
Ya se había anunciado el jueves. Miguel Ángel Russo no hablaría frente a las cámaras y los micrófonos, como normalmente lo efectúa antes de cada partido. En algún momento, imaginamos que cambiaría su postura, pero, lejos de hacerlo, fue por más y, ante los periodistas, con nuestro medio presente, y con una sonrisa irónica de por medio, explicó: “A veces es preferible callarse”.
El entrenador vivió una de las semanas más tensas desde que llegó al club. Porque, más allá de no sufrir el acoso del Promedio como en viejas épocas, el mundo Racing esperaba tener otro presente y los resultados van rodeándole la manzana a la renovación de su contrato (se vence tras la finalización de este Clausura). Él ya aclaró que la clasificación a la Copa Sudamericana no le ata las manos para firmar la continuidad, pero sabe lo impredecible y traicionero que es el fútbol. Y sabe, también, que los próximos tres compromisos serán vitales. Desde los resultados y desde las formas en que se desarrollen. Es importante para Russo visualizar que el estilo no caducó. Que la forma de juego sigue vigente. Y así pensará que el ciclo todavía no llegó a su fin. De todos modos, lograr un objetivo, en este caso entrar al torneo continental, luego de bajarse de los iniciales (salir campeón, pelear entre los de arriba), será un aliciente, un impulso más reconfortante.
Además, entiende que llegó la hora de actuar, que desde la dialéctica se arregla poco. Entonces, canceló la rueda de prensa, confirmó el equipo y fundamentó su decisión: “Hay momentos en los que es mejor hacer silencio”. Y, como se esperaba, lo hizo cuando se le preguntó si le molestó lo que dijo Rodolfo Molina el día anterior.
Las declaraciones del presidente de Racing, en radio Del Plata, surgieron como el detonante para ese silencio de ayer. “En el fútbol todos estamos en evaluación. Con Russo estamos muy bien, estamos en la misma sintonía, pero todo proyecto necesita de resultados. Uno la evaluación la hace cuando termina el torneo. Las charlas y los análisis no los haré en público” manifestó. Y, por otra parte, agregó: “Russo no me comentó nada sobre Estudiantes”. Pero las primeras palabras fueron las que calaron hondo en el entrenador albiceleste.
Ambas partes están hablando hace un tiempo, planificando el futuro de Racing. Russo ya puso los ítems en la mesa y espera una devolución certera, amoldada a su pedido. Los refuerzos y las retenciones de jugadores claves aparecen como las pretensiones más sobresalientes. “Viene un semestre en el que, si Dios quiere, nos toca la doble competencia, eliminatorias… Racing puede tener jugadores en Selección. Hay que definir fechas topes para incorporaciones y ventas. No quiero repetir situaciones que no nos han favorecido en libros de pases pasados. No se me puede ir Mercado en plena pretemporada y venir Teo sobre la hora”, tiró antes del encuentro con Banfield. “Si le preguntan a Molina y a Podestá, le van a decir lo mismo, porque tenemos la misma idea. Después hay que implementarla”, selló. Allí planteó su juego, mientras, por su lado, el vicepresidente, Pablo Podestá, transmitía confianza: “Aunque no juguemos la Sudamericana, el técnico se va a quedar”. Y, sin embargo, aclaraba: “No hay una condición para que se quede, se tienen que dar un montón de cosas. Él ya lo dijo: no es una cuestión económica. En el proyecto coincidimos bastante; quizás haya sugerencias por algunas compras o retención de un jugador, que se pueda llegar a vender”.
La armonía que intentan mostrar los protagonistas fuera de los grabadores no esconde las rispideces generadas en público. El técnico ya fue claro en su postura. Y parecía que había un entendimiento común con los dirigentes. Pero, ahora, con las expresiones del presidente es incierto el rumbo que tomará la situación. Por ahora, cada cual atiende su juego.
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