domingo, 15 de mayo de 2011

Este infierno no está encantador

Tras una semana singular para él, ayer emergió el Demonio nervioso, chocador, provocador. Ese es el Hauche que no gusta, que no atrapa. Los desbordes, las diagonales y las gambetas, quedaron para otro día. De todas formas, tuvo situaciones de gol, pero se mostró desafinado para definirlas.

Desde el primer minuto se mostró inquieto. Pero no desde lo futbolístico. Sino desde su personalidad combativa. Iba más al cruce peligroso, que al esquive productivo. Más al choque y la fricción, que a la búsqueda del balón. No fue el mejor partido de Gabriel Hauche. Y tampoco fue una óptima semana.

El viernes se conoció una lista de 31 preseleccionados con chances de jugar la Copa América. Estaban Yacob y Pillud. Él no. Tal vez, esa decisión de Sergio Batista, entrenador de la Selección Argentina, le quitó el dulce momento que venía transitando. A pesar de esa ausencia, mañana deberá presentarse en el predio de la AFA en Ezeiza, para continuar entrenando con los seleccionados del medio local.

Es probable que aquello haya sido el detonante para ver un delantero más preocupado por su duelo personal con Fideleff que en el Racing – Newell´s que se estaba disputando. En varias oportunidades, discutió fuerte con el defensor y hasta le tiró tacazos por lo bajo. En tanto, con el central Lemma también contuvo sus chispas. No vio la amonestación de casualidad. Tiene cuatro y se hubiera perdido el próximo encuentro.

Miguel Ángel Russo no titubeó y usó su muñeca de entrenador experimentado. Le cambió la posición. Lo mandó a moverse por la punta izquierda, y a Lugüercio lo ubicó en lugar del Demonio. Así borró la batalla personal que mantenía con Fideleff. Y Hauche se destinó a jugar un poco más.

Encontró varias opciones de gol. No las aprovechó. No estuvo fino. En la única que definió bien, estaba en una milimétrica posición adelantada. Las otras fueron: un disparo que contuvo Peratta y un centro que no conectó bien y salió por encima del arco. De todas formas, en el complemento apareció en cuentagotas el Demonio jugador y menos el Hauche peleador. Pero no atrapó. Esta vez, el infierno no estuvo encantador.

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