lunes, 23 de mayo de 2011

El pecado de extrañar

Las ausencias tomaron un rol protagónico en esta nueva derrota y la Academia se despidió de la lucha por el torneo. Con muchos pibes, los encargados de ponerse el equipo al hombro no lo hicieron y los resultados están a la vista. Quedan pocas fechas y el objetivo está claro: la Copa Sudamericana.

Hay algo que no sorprende y es la ciclotimia con la que el equipo comandado por Miguel Ángel Russo recorrió las quince fechas disputadas y recorrerá las escasas cuatro fechas restantes. Esa misma psiquis que permitió la categórica goleada a Newell’s nada más y nada menos que siete días atrás, reflejó hoy en la lluviosa tarde de domingo, que al equipo le falta un carácter constante, variantes de nivel y que sin lugar a duda, los titulares se pongan el equipo al hombro y conduzcan a quienes tienen menos minutos dentro del campo de juego.

Ante situaciones de este estilo, donde conseguir los tres puntos es la premisa fundamental si tenemos en cuenta el claro objetivo de clasificar a la próxima Copa Sudamericana, son los habituales titulares quienes deben tomar la voz de mando en un conjunto plagado de gurrumines con sed de engrosar su curriculum de minutos en cancha y sacar adelante toda situación adversa que se presente.

La falta de personalidad e intensión de desarrollar un juego prolijo, fueron los fundamentos necesarios para que un tímido Quilmes a fuerza de garra, voluntad y coraje se quedara con los tres puntos bajo el brazo. Ahora, con siete partidos perdidos, la Academia deberá sacar chapa de candidato de algún lado para poder mantener latente la posibilidad de ser protagonistas de una nueva edición de una copa internacional.

Con el andar de este torneo Clausura 2011, las falencias de este equipo quedan a la vista de todos. Quienes fueron titulares está tarde, serán excelentes recambios para un equipo que debe adquirir algunos refuerzos de calidad para puestos específicos si quiere pelear cosas importantes. Los cuatro cambios obligados que debió hacer Russo condicionaron los engranajes aceitados de un funcionamiento que tuvo su punto culmine la fecha pasada, y además, sin Teófilo Gutiérrez las referencias en el área rival a la hora de atacar se diluyen fácilmente.

Ricardo Caruso Lombardi, quien le saca agua hasta a las piedras, puso puntos suspensivos al futuro de la entidad de Avellaneda que el próximo sábado deberá medirse ante Banfield. Con el regreso de varios jugadores titulares indispensables, habrá que dar vuelta el tablero y subirse de una vez por todas, al tren de la victoria.

http://www.racing.com.ar/

No hay comentarios:

Publicar un comentario