martes, 17 de mayo de 2011

El regalo que llegó de Colombia

Quienes no lo conocían dudaban. Hoy lo aman. Teófilo Gutiérrez se metió en el corazón de la gente de Racing y de a poco escribe por Avellaneda gran parte de su historia, con capítulos que lo pueden consagrar como un verdadero artillero del área. Ese goleador que llegó desde Colombia, hoy cumple 26 años.

Su debut con la camiseta de La Academia se dio el 19 de febrero de este año, en un partido que Racing jugó ante Boca, en Avellaneda, por el torneo Clausura. Teo entró a los diecisiete minutos del segundo tiempo y no pudo torcer la historia de un clásico que su equipo iba a terminar perdiendo por 1 a 0. Esa noche tampoco fue la mejor para él, debido a que varias pelotas que recibió le rebotaron por el nerviosismo y encima no estaba bien físicamente. Después la rompió.

Una semana más tarde le llegó el turno para enmarcar otro debut. Esta vez, en la red del Nuevo Gasómetro. Aquella tarde frente a San Lorenzo, el delantero colombiano se iba a anotar con dos goles a Pablo Migliore e iba a dejar el sello de guapo y oportunista: Dos centros iguales, anticipo al defensor y pase a la red. Pefecto.

Tras haber hecho su primer “doblete” ante el equipo de Ramón Díaz, a Teófilo ya lo tildaban de peligroso y se comentaba sobre él que no se le podía dar ni un centímetro en el área porque no los iba a perdonar. La figura celestial de Giovanni Moreno, empezaba a opacarse por la de un compatriota que quería cambiar la historia. En esta oportunidad, y ante Olimpo, iba a convertir su primer gol en el Cilindro de Avellaneda. Otra vez, brazos arriba, mirada a Dios y festejo de gol.

Ya los que nunca se animaron a apostar por él, hablaban de un poeta del gol, de una bestia del área y de un negro atrevido que “no dejaba pasar una”. Estaban en presencia de alguien que había llegado para quedarse y empezar a romper con las estadísticas.

Hoy, el atacante cafetero, ya superó la marca que había dejado Facundo Sava en Racing. El “Colorado”, alcanzó a convertir ocho goles en un mismo torneo, pero Teófilo ya lleva nueve, cuando aún restan cinco fechas para que el campeonato termine. Si su cosecha persiste, y marca más de tres tantos, también dejaría atrás el capítulo que dedicó Lisandro López, en el Apertura 2004, cuando con doce festejos, se convirtió en el goleador del certamen, con la camiseta albiceleste.

Una de las páginas más relevantes de la historia entre Teo y Racing, el colombiano la escribió el día que se jugó el clásico de Avellaneda. Allí fue la figura descollante del partido e hizo un gol, el que liquidó el pleito. Sinceramente cuesta encontrar un juego en donde no haya sido el mejor y tal vez hasta no haga falta buscar sus goles. El cuento también describe que no marcó, pero fue la estrella.

Él tiene todo para ser ídolo: Es guapo, encarador, hábil, soberbio, goleador y ganador. Además, lleva los colores de Racing y defiende la camiseta como pocos. Es sin dudas, el referente de un equipo que durante muchos años extrañó un crack así. Hoy lo tiene Racing, y hay que disfrutarlo. Hoy, el miedo lo tienen los defensores contrarios, cuando él pisa el área y el pánico acecha a otros. En Racing están tranquilos, porque juega Teo.

A 26 años de haber nacido, el colombiano muestra signos de ser un gran proyecto de ídolo y crack al mismo tiempo, que se potencia tan sólo por llevar la casaca albiceleste. Más adelante vendrán los campeonatos, los trofeos internacionales y las grandes conquistas, pero hoy su paso por Racing recién comienza y ya tiene como para hacer un libro: El de la historia de un gran goleador, “el que ama a Dios”.

http://www.identidadrc.com.ar/

No hay comentarios:

Publicar un comentario