lunes, 17 de mayo de 2010

Costó más de lo que se pensaba

Último partido, piernas relajadas, músculos distendidos, la Promoción en el olvido, enfrente un equipo plagado de juveniles y con la moral por el piso luego de siete derrotas consecutivas, ya descendido y sin DT, doce puntos sacados de los pasados quince en juego. El panorama indicaba que Racing debía ganar con facilidad, pero Chaca no se la hizo fácil y apenas fue un 2 a 1.

El gol de Fernández abrió un partido que tardó en acomodarse a la realidad de ambos equipos. Si bien el local no era gran cosa, no dejaba que su rival llegase con facilidad al arco de Tauber. Además, Grazzini no estaba en sus mejores días (pese a que era su despedida) y por eso a Racing le costaba jugar por abajo colectivamente.

El estado del campo de juego tampoco ayudaba, pero no era excusa para el pobre manejo de pelota que tenía el equipo. En el complemento, Russo movió el banco para dar oxígeno dentro de la cancha, pero una vez más Hauche demostró que aún le pesa la camiseta de Racing.

Tampoco Fariña y Castromán hicieron demasiado, es más, la tocaron poco y nada. Es que Racing no se dedicó a tener la pelota, no la hizo mover de lado a lado jugando con la desesperación local y con la ventaja numérica.

Russo intentó ejercer un dominio de pelota con los cambios, pero lo que en la teoría estaba aprobado, en la práctica no se llevó a cabo. Por eso, Racing pagó caro una desatención defensiva y Chaca descontó, aunque luego no hubo sobresaltos para De Olivera.

La idea que tiene el entrenador es buena. Ahora tendrá la oportunidad de elegir algunos jugadores para traer y formar un Racing al estilo ataque, con enganche, posesión de pelota y sólido en ofensiva. La esperanza racinguista se renovará una vez más a partir de agosto, pero esta vez tendrá más argumentos que antes.

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