En un partido friccionado, Racing le ganó 1 a 0 a All Boys con gol de Hauche. Jorge De Olivera también tuvo intervenciones claves para que La Academia arranque el torneo con una sonrisa.
Racing estrenaba camiseta y un camión de ilusiones en la tarde de Floresta. Pero los lujos de Giovanni, las arremetidas de Pillud, el despliegue de Franco Zuculini y las atajadas de De Olivera no le alcanzaban para quedarse con los tres puntos ante All Boys. Y cuando parecía que el debut tendría sabor a empate, La Academia utilizó su última carta: hizo un pacto con el Demonio. Y entonces Hauche hizo lo que mejor sabe. Así, en el arranque del Torneo Néstor Kirchner el equipo de Russo cantó victoria.
All Boys quiso sorprender desde el arranque con un remate de Fabbiani antes del primer minuto de juego. Y ya en esos momentos iniciales, Giovanni recibió más de una patada aunque aún así pudo exhibir sus lujos con dos sombreros exquisitos.
A los tres minutos, hubo un remate de Rodríguez que se fue por arriba. De a poco, Zuculini empezó a crecer en el mediocampo. A los seis, hubo un pase de Pillud a Lugüercio pero el Payaso no pudo definir. Racing trataba de abrir la cancha pero con imprecisiones. A los 17, Vella remató por arriba. En ese momento, una serpentina cayó sobre Licht y el partido quedó detenido por unos instantes. A los 23, hubo un remate del ex Gimnasia que Cambiasso mandó al córner. Un minuto después, Giovanni desenfundó un tiro bien esquinado que otra vez fue contenido abajo por el arquero del Albo. Hasta allí, De Olivera era un simple espectador. A los 26, hubo un cabezazo sin fuerza de Lugüercio. A los 28, Fabianni cabeceó desviado. Racing tenía la pelota, arremetía con Zuculini y le daba trabajo a Cambiasso pero no conseguía la profundidad y precisión para romper el cero. Además, el juego brusco se imponía por encima del buen pie.
A los 29, hubo un remate de Pillud, que otra vez fue bien resuelto por Cambiasso. A los 35, el local tuvo una jugada clara: Grazzini quedó frente a frente con De Olivera y el uno académico le tapó el remate. A los 41, Racing respondió con Giovanni: Licht mandó un centro atrás y el colombiano sacó un remate que fue atrapado por Cambiasso.
Cinco minutos después, De Olivera sacó de manera brillante un cabezazo de Fabianni que tenía destino de gol.
Así, entre patadas, algunos bostezos, falta de precisión y un par de tajadas terminó la primera parte.
En el arranque del complemento, Zuculini fue reemplazado por Respuela. No parecía un buen augurio para La Academia. A los seis minutos, hubo un remate de Matos que tapó De Olivera. Dos minutos después, Grazzini no pudo darse vuelta en el área para cumplir en la red con la ley del ex. Como sucedió en la primera parte, el partido era continuamente cortado por las infracciones y el fútbol no lograba imponerse en medio de tanta pierna fuerte. Racing intentaba con las subidas de Pillud y alguna pincelada de Giovanni. Aunque cada vez que el colombiano perdía la pelota, La Academia quedaba expuesta y le permitía a All Boys generar alguna acción de peligro. A los 17, Hauche tuvo un mano a mano pero lo despilfarró. No parecía ser la tarde del Demonio. A los 23, hubo un cabezazo de Matos. A Racing le costaba salir, se embarrullaba, parecía retrasarse en el campo de juego y los delanteros quedaban desconectados. Pero, cuando el panorama parecía complicado, el Demonio tomó revancha y metió la cola. A los 28, Hauche controló en el área, la acomodó y no perdonó. A pesar de ir arriba en el marcador, Racing no logró controlar con inteligencia el resto del encuentro. A los 32, hubo un remate desde lejos de Respuela. Aveldaño ingresó por Giovanni. Además, Russo mandó a la cancha a Lluy por Lugüercio. Por el lado del Albo, Grazzini y Fabianni dejaron la cancha sin haber marcado. A los 44, hubo un remate de Cáceres que resolvió Cambiasso con los puños. En los minutos finales hubo alguna que otra zozobra sobre el arco de De Olivera pero finalmente Racing pudo quedarse con los tres puntos para arrancar el torneo con una sonrisa. Es que en Floresta el Demonio fue en el encargado de desatar la fiesta.
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