El gol de Mouche fue la única diferencia concreta que Boca le sacó a Racing en el clásico. El juego se centró dentro de los parámetros previamente analizados. Los de Russo no aprovecharon su momento y pagaron con gol una de las pocas desconcentraciones. Se sintió la inmadurez para manejar los tiempos del partido.
El comentarista de AM1080 se preguntaba al aire si los pibes de Racing iban a poder mantener el ritmo durante todo el partido. La incógnita fue enarbolada mientras transcurría el PT y Racing hacia figura a García, mediante la presión asfixiante sobre los medios de Boca y sus laterales. Desde ahí, con Zuculini, Luguercio y Hauche como bandera surgían ataques rápidos que debían ser cortados con foules o se dilapidaban por entregas erráticas en el último pase de los jugadores de Racing. La voracidad con la intentaba resolver el local lo llevaba a equivocarse en el ultimo pase y en ese contexto veloz era muy dificil coordinar velocidad y precisión. No obstante, ante la reflexión del comentarista me permite repreguntarle si Boca no iba a sentir en lo físico el juego desgastante al que lo estaba llevando el local, a raíz de la juventud de Racing y los años de los de Falcioni. Se impuso la primera teoría, aquella del comentarista.
Entre tantas certezas que dejo el partido, m�s all� de los merecimientos, hay una inobjetable: cada uno tuvo su tiempo en el cual hizo el juego que mas le conven�a y al rival m�s incomodo lo pon�a. La verticalidad del local con Zuculini a la cabeza, el aporte de Pillud por la derecha, las diagonales cortas de Hauche a las espaldas de los defensores rivales y, aunque sin aportar demasiado, los movimientos de Lug�ercio a espaldas de Battaglia y Somoza y sacando a los centrales de la cueva incomodaron a un Boca resignado a buscar a un Palermo que se tiraba bien atr�s para no perder con Mart�nez. Los sue�os del rival estaban centrados en el mano a mano de Mouche y la chance de que Rivero de corte desde el medio con alguna corrida. Que por cierto la tuvo, y fue un aviso. No de Rivero, sino del sector que termino definiendo el partido: el costado izquierdo de la defensa local. Porque Boca en el primer periodo, salvo una doble tapada de De Olivera producto de no haber salido en tiempo y forma en busca de un centro que paso por la puerta del �rea menor, tuvo la mas clara entrando por la zona de Avelda�o y Licht. Con tres toques de primera le alcanzo al equipo de Falcioni para dejar a su volante mano a mano con el gol.
Con seguridad ambos entrenadores laburaron en el entretiempo, aunque se noto la ingerencia de Falcioni en el desarrollo. Hubo/ay dos aspectos que lo favorecieron/en: el gol tempranero y la posibilidad retocar aspectos del juego con jugadores experimentados que no hab�an hecho todo el gasto. Ya que Racing hab�a salido a buscar, logro los merecimientos pero nunca pudo capitalizarlos. Mientras que el rival se acomodaba para esperar por sus chances y ya estaba arriba por un error incre�ble para un equipo de primera divisi�n y que tiene aspiraciones de estar entre los puestos de vanguardia.
Lo que sucedi� posteriormente al gol era previsible, solo restaba saber que le pod�a aportar al equipo el debut del Teofilo Guti�rrez. Y la realidad indica que no le aporto lo que el equipo necesitaba. Racing careci� toda la noche de una referencia de �rea y la ilusi�n de todos era que tome la posta. Sin embargo el colombiano ingreso a jugar unos metros detr�s de Battaglia (que le robo tres pelotas sin esforzarse) y solo dejo ver que le gusta rebotar todo lo que le llega, ya que sorpresivamente no termino ninguna jugada dentro del �rea luego de la descarga. Tambi�n es cierto que formo parte de un equipo que sent�a y mucho la carga del partido, ante un rival que jugaba a lo que mejor sabe en ese momento del cotejo y su carencia f�sica y futbol�stica por el tiempo de inactividad se paga.
El cl�sico termin� sin grandes sobresaltos, con un Racing que ten�a como objetivo empatar y ni siquiera contaba con un plan. No sab�a como. Fue un partido f�cil�para analizar.
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