La estrella que tiene el equipo de Avellaneda, mostró otra vez mucha intermitencia y, fue junto a Lugüercio, de lo más flojo que tuvo la “Academia” en su debut. Seguramente la no presencia de Toranzo también es algo a tener en cuenta, ya que es uno de los motores que tiene este equipo y en momentos clave del juego el socio que posee el cafetero.
Del encuentro con All Boys hay que remarcar que: estuvo lejos del arco, poco compromiso con la pelota y sobre todas las cosas: “livianito”. Hugo Barrientos, luego de haberle pegado en varias oportunidades y hablarlo permanentemente, logró su cometido. El “10” se fue del partido y a causa de eso, Russo tuvo que reemplazarlo.
Indistintamente de lo negativo que dejó ésta actuación de “G10”, vale destacar algunas facetas del partido en la cuales da indicios de porque hay tanta confianza en él. A los veinticinco de la primera parte remató de bolea un tiro que Hauche le abastece con la cabeza, que por buena contención de Cambiasso, no fue gol. Minutos más tarde también trabajó el arquero local, porque Licht dejó un centro atrás y Moreno pateó como venia y por poco no abrió el marcador.
Ya en el segundo período, habilitó al autor del gol Gabriel Hauche en dos ocasiones. Luego de una salida rápida de De Olivera el colombiano en posición de siete “cacheteo” el balón y el “Demonio”, cara a cara con el uno, no pudo hacerlo. El gol estaba al caer, y no es casualidad que más allá de haber estado a años luz de su techo futbolístico, en toda situación clara de gol de Racing andaba cerca Giovanni. Es más, en el gol fue quien peinó la pelota para que Hauche pueda maniobrar de manera perfecta y convertir.
Claro, hay que remarcar algo, realmente duelen sus acciones cuando se ubica como delantero o de tres cuarto de cancha en adelante. Por eso, una sola cosa hay que decir: Giooo!!! Hace lo que sabes, pero más adelante…
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