jueves, 9 de diciembre de 2010

Tomate un vino y olvídate

Racing complicó su futuro copero por su empate en Mendoza ante Godoy Cruz. Jairo Castillo abrió el marcador tras un error defensivo de Cahais y luego empató Pillud con un golazo. Fue expulsado Zuculini y no estará ante Vélez. Toranzo volvió a ser figura.

Racing es una maquina, fue la frase que utilizo el comentarista en la transmisión de AM1080 mientras transcurría el partido. Lo observamos de reojo antes de que continué con su repertorio e inmediatamente decidió apurar el concepto para decir: “…pero atención, que una maquina pasa por diferentes etapas: esta en pleno funcionamiento, se apaga cuando se termina de usarla y cuando se prende, salvo la calidad de la maquina, necesita un tiempo para calentarse y funcionar normalmente”.

Tomando como ejemplo dicha reflexión se puede afirmar que son muy pocos los procesos en los cuales Racing es una maquina en pleno funcionamiento. Es más, su estado permanente de hibrides y monotonía lo pintan de cuerpo entero. Y en este aspecto es clave el plano general y particular. En lo general porque el equipo no respalda una mala noche de aquellos actores que deben sacar la cara por el equipo; y en los roles individuales es raro que coincidan buenos repertorios en una misma noche.

El caso de Godoy Cruz es sensiblemente opuesto, ya que no hay un actor del elenco de Asad que haya superado los seis puntos, pero ninguno jugó por debajo de los cuatro. Si sumamos que faltaron dos (Olmedo y Ramírez) de sus principales figuras, estamos en condiciones de afirmar que el Tomba es un equipo en serio. Y Racing es armado permanente.

Solo seis minutos debieron pasar para que el local exprima a fondo el primer error defensivo de la Academia y aporte en la tarde su mejor virtud: el contragolpe corto. Carranza vio picar a Jairo y tras un muy buen servicio lo dejó con el gol, que fue legítimo por un grosero error de Cahais. El central convertido en marcador de punta quedo enganchado y el línea dejó libertad de acción para que el colombiano eluda a De Olivera y anote el primero. Detrás de ese gol vinieron sucesivos avances que no terminaron en gol por las interesantes intervenciones del “uno” visitante y las inoportunas últimas sesiones de los armadores “tombinos”. A esa altura, los de Russo estaban entregados a los azotes mendocinos y apostando a alguna travesura individual de sus creadores. Que dispersadamente aparecieron. Un remate de Giovanni desde la izquierda y un gran pase de Toranzo que por un botín Hauche no llegó a contactar.

Espacio aparte para el gol inolvidable que pifió Bieler. El cabezazo de Martínez al travesaño parecía uno más, pero lo que sucedió fue de locos: la bola le cayó en el pecho a Bieler, que intentó acomodarla con el muslo y la pelota se le escapó, como durante toda su estadía en el club. Es probable que no haya sido una jugada más en su vida futbolística y en su futuro en Racing, salvo un cambio rotundo ante Vélez.

El empate apareció en un momento clave del partido. Cuando la etapa estaba culminando Pillud se animó a cortarse solo tras un buen servicio de Toranzo, y luego de un enganche similar al que realizó ante GELP y derivó en el gol de Pato, esta vez decidió jugársela y vaya si le fue bien. La hundió en el ángulo de Torrico, que fue un espectador más de la genialidad. Al descanso empardados.

En el segundo tiempo se vio lo mejor de De Olivera y de Toranzo. El guardameta respondió desde todos los espacios a los que fue convocado y fue sostén del empate, en tanto que el ex Huracán fue dueño absoluto del equipo, ante un irresoluto Moreno. Es mas, Pato tuvo la chance tras una gran maniobra que murió en el cuerpo de Torrico. Sin dudas, lo mas claro que tuvo la visita en Mendoza.

Russo se vio obligado a cambiar a Lluy por al averiado Pillud y devolverle el lugar a Lugüercio por el hibrido Claudio Bieler. Desde los 30’ del complemento no fue casualidad que ambos se dediquen a vivir de los saques de banda. El ejemplo que viene a mano es el cambio en los últimos instantes, cuando tras la expulsión de Zuculini Russo se inclinó, lógicamente, por Mayorga y retirar a Hauche. Un mensaje claro: nos llevamos el punto y vemos que pasa con el resto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario