domingo, 12 de diciembre de 2010

Se le escapó el enano

Racing cayó por 2 a 0 ante Vélez, con goles de Martínez y Moralez (pidió disculpas por su pasado académico). El equipo de Russo no pudo ratificar el buen juego mostrado ante Godoy Cruz mientras que los de Gareca no pudieron ser campeones. Igual, el pueblo academico desató una fiesta en Avellaneda.

No fue el mismo Racing que ante Godoy Cruz. No tuvo el fútbol que había desplegado en tierras mendocinas. Así, dejó la puerta abierta para que un burro y un enano lo complicaran más de la cuenta. Racing cayó ante Vélez por 2 a 0. Pero como suele suceder en el Cilindro, el pueblo académico vivió una fiesta ante un rival al que dos goles no le alcanzaron para quedarse con el titulo.

Vélez salió decidido a ir en busca de los tres puntos. Al minuto, Díaz probó con un centro pasado. Racing se animó con un tiro suave de Mayorga. A los tres minutos, Somoza le pegó mordido y se fue cerca del palo. Un minuto después, De Olivera le ahogó el grito a Moralez, tras una jugada del Enano con Martínez. Por su parte, Barovero tapó un remate que Moreno había bajado con el pecho. Racing intentaba llegar con pases certeros mientras que Vélez arremetía sin pausa aprovechando los espacios (y desacoples) de la última línea local. A los 9, De Olivera se quedó con un remate de Silva. De a poco, Vélez empezó a tocar y a complicar a La Academia. A los 11, Martínez remató y se fue rozando el palo albiceleste. Dos minutos después, Pillud mando un centro que no pudo cabecear Lugüercio. A los 20, Hauche remató y tapó Barovero. El Demonio volvió a intentar pero esta vez se le fue afuera. Moreno intentaba con sus pases milimétricos pero Racing no lograba profundidad en ataque. A los 23, Martínez dejó en el camino a varios rivales y sacudió el arco de De Olivera, en un grito que paralizó a La Plata. 1 a 0 y tranquilidad para los de Gareca. A los 28, Zapata remató por arriba en un tiro libre. Racing apelaba a los centros sin destino y no lograba encontrar una vía directa al arco rival. A los 33, hubo pelotazo para Silva pero el delantero remató por arriba. Tres minutos después, De Olivera salvó dos veces a Racing, ante Silva y Papa. Vélez pudo haber marcado el segundo pero la jugada fue anulada por una mano. La Academia siguió intentando pero de manera desordenada y a los tumbos. La muestra más clara de ello fue un remate de Moreno que se fue completamente desviado. En el final del primer tiempo, Moralez se escapó de la marca pero De Olivera se quedó con la pelota.

El equipo de Russo se fue al entretiempo sabiendo que debería mejor lo hecho en la última línea y afilar la ofensiva, mientras que Vélez soñaba con un desempate mano a mano con Estudiantes. En el arranque del complemento, el equipo visitante manejó la pelota con criterio. Por el lado de Racing, Mayorga tenía dificultades en el medio y Lugüercio no gravitaba en ataque.

A los seis, Hauche remató y se fue cerca del palo. A su vez, De Olivera le tapó su chance a Díaz. A los 9, Moralez cabeceó por arriba. Por el lado de Racing, Moreno no pudo de tiro libre. Y fue justamente por esa vía que llegó el segundo de Vélez: a los 12, Moralez la clavó de tiro libre, ante un De Olivera que nada pudo hacer. El ex Racing levantó sus manos en pedido de disculpas para el público local. A partir allí, el equipo de Russo pareció desdibujarse de la mano de un Moreno que esta vez no pudo hacer de sus lujos un arma mortal. A los 17, Toranzo probó de tiro libre y Barovero la despejó. Seis minutos después, De Olivera (que esas alturas redondeó una excelente labor) salvó ante un remate de Zapata. A los 32, Hauche desenfundó un remate pero se fue afuera. Russo mandó a la cancha a Lluy por Pillud, a Bieler por Lugüercio y a García por Mayorga. A los 36, García probó pero su remate se fue muy lejos. En ese momento, los de Vélez se enteraban del gol de Estudiantes. Y Moreno debió salir lesionado. En los últimos minutos, el partido se fue desdibujando entre la desazón del público visitante (que vio frustrada su chance de dar la vuelta) y los fuegos artificiales de la hinchada local, que desató una fiesta para despedir a un equipo que redondeó 29 puntos. Ya en el descuento, un remate de Cristaldo fue la última andanza de la pelota en el partido. Cuando el arbitro marcó el final, la neblina del los fuegos de artificios se empezó a despejar del campo de juego. A pesar de la derrota y no de asegurarse el tercer puesto, el pueblo académico tuvo la sensación de que lo mismo sucederá con Racing: con trabajo y seriedad, se irá aclarando el panorama hasta que la gloria pueda volver a brillar con todo su esplendor.

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