sábado, 4 de diciembre de 2010

Que lindo es ser de Racing

Racing ganó, la hinchada deliró y una pelea sobre el final del encuentro que dejó varias interrogantes. ¿Quién dijo que los viernes iba menos gente a la cancha?

Un viernes distinto para el pueblo académico. Un fin y el comienzo de los tres días más lindos de la semana. El mundo racinguista se movilizó hasta el Cilindro de Avellaneda para volver a soñar con la tan ansiada clasificación a la Copa Libertadores.

Un estadio colmado en todos sus sectores, una popular llena de colores y bengalas, la bandera “La Guardia Imperial” y familias enteras eran las imágenes que capturaban las distintas cámaras que tenían los simpatizantes.

“Vamo acade, no falles a tu hinchada, la que te sigue en las buenas y en las malas, vamo acade con huevo valla al frente, no somo amargos como es Independiente, yo soy así, a Racing yo lo quiero” entonaban eufóricos los hinchas académicos esperando la salida de sus jugadores, sus soldados, sus hombres.

Y ahí salió Racing, todo vestido de negro, con Roberto Ayala a la cabeza y con una postal que se repite en todos los encuentros que La Academia juega de local: La bandera y los papelitos celestes y blancos al viento.

Padres, madres, jóvenes y abuelos hacían enrojecer sus gargantas con el “Y dale y dale y dale Racing dale”.

La canción que se escuchó por primera vez la fecha pasada ante Banfield hoy volvía a estar presente, ¿Estaría bueno cantarla en portugués no? “Como no tenes nombre, les pusimos apodos, la banda de pavote, los amigos de todos”.

El encuentro comenzó y Racing tenía que ganar si o si. Gimnasia no había marcado un gol de visitante en todo el campeonato, “no nos pueden hacer un gol estos” mencionaban los jóvenes en la popular.

Todo el primer tiempo se escucharon canciones en contra de nuestros vecinos, cortas, largas, melodías de todo tipo. La barra de Racing pide algo y lo demuestra en sus cantos “Rojo no chamulles mas, rojo no chamulles mas, te esperamos donde quieras para ver que banda se la aguanta más”.

Pero también había tiempo para cantar unas de la canciones más lindas que tiene el fútbol argentino, una entonación que demuestra la locura que sienten los hinchas académicos “Racing es una pasión inexplicable, el veneno que corre en mis venas que llevo en la sangre, la enfermedad mortal que no quiero curarme, sos la droga que le pido a Dios que nunca me falte”. Poesía para los oídos, un latido para el corazón.

A los 20 minutos del primer tiempo llegó la primera alegría para toda la multitud que acompañó a La Academia. Pase con un transportador de Giovanni Moreno y definición de taco de Gabriel Hauche, que digo gol, recontra golazo.

“Rojo entendé que la Academia, el capo de Avellaneda, no como vos”. Racing ganaba uno a cero, la hinchada movía el Cilindro y los jugadores jugaban al “fútbol”, ¿Qué lindo no?

Así se fue el primer tiempo. En la popular local buscaban lugares para sentarse, llamaban al “cocaaaaa”, en las plateas la gente iba al baño y hasta se daban el lujito de cenar.

El segundo tiempo comenzó y el conjunto dirigido tácticamente por Miguel Ángel Russo no podía agarrar la pelota. Poco le importo a la hinchada que siguió alentando como lo hace siempre “vamo academia yo te sigo siempre a todos lados, y no me importa donde juegues te voy a alentar, Racing vos sos mi vida mi pasión y mi alegría, yo quiero dar la vuelta y otra vez dos canchas llenar”.

Un coro de palmas acompañaba esa canción. Una postal que en pocos lugares del mundo se puede ver.

A los 15 minutos del complemento llegó la segunda alegría para el pueblo celeste y blanco, la obra de arte en este caso fue de Patricio Toranzo.

La gente festejaba, se estaba cumpliendo el objetivo de esta noche, Racing ganaba dos a cero y el partido parecía no tener final triste.

“Para venir a Racing, para venir a Racing, se necesita un poco de locura, un poco de locura y otra cosita”. Los bombos sonaban en todo su esplendor, ni los mejores conciertos del mundo permiten a través de sus instrumentos contagiar a tanta gente como si lo hacen estos.

Un pedido claro bajo desde la popular local, algo que se viene pidiendo desde hace mucho tiempo, un mensaje, se pide una repuesta “Ponga huevo La Academia, ponga huevo y corazón, que esta hinchada, se merece, se merece ser campeón”.

El famoso “De pendejo te sigo” también se hizo presente en el Cilindro, la fiesta estaba completa, jugadores e hinchas podrían después del partido irse a dormir con una sonrisa.

El partido terminó y el conjunto de Avellaneda festejó. Tres puntos importantísimos para seguir con la racha ganadora y continuar pensando que en este fin de año se puede brindar con una Copa clasificatoria.

Un párrafo aparte fue lo que se vivió entre la gente de Racing y Gimnasia. Antes de empezar el partido las dos hinchadas cantaron a favor de la amistad y en contra de sus rivales pero luego que La Academia consiguió ponerse arriba en el marcador se notó el malestar en el público visitante.

La gente de Racing (no la barra) cantó sobre el final del encuentro “el que no salta se va a la B” ya que los simpatizantes del “Lobo” ante cada canto de amistad respondían con señas nada apropiadas para el momento.

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