lunes, 22 de noviembre de 2010

Racing no pudo escalar el Cerro de la victoria

La Academia empató 1 a 1 con Quilmes. El visitante se puso en ventaja a través de Cerro y Hauche marcó el empate. Así, el equipo de Russo desperdició una chance de superar a Newell's en la lucha por ingresar a la Libertadores 2011.

Se quedó a mitad de camino. Estuvo cerca de perderlo y también de ganarlo. No le alcanzó la nafta para pasar a Newell's en la carrera por ingresar a la Libertadores 2011. No contó con un Giovanni inspirado pero pudo marcar el empate a través de Hauche. Así, Racing empató 1 a 1 ante Quilmes. Mientras el visitante se marchó de Avellaneda con una sonrisa, para Racing fue un abrupto freno para sus ilusiones coperas.

En el comienzo del partido, Quilmes arrancó con tibios coqueteos hacia el área de Racing. Como viene sucediendo en los partidos del torneo, a la Academia le costó ubicarse en el campo de juego. A los 7 minutos, hubo un intento de Morales que fue frenado por De Olivera. En esos instantes, Giovanni no logró aparecer con claridad y el trámite del encuentro tenía más que ver con pelotazos sin destinos, incluso de un arco al otro. A los 10 minutos, Cerro tuvo un mano a mano pero la tiró demasiado larga y la tapó De Olivera. Cuatro minutos después, Moreno realizó un pase que no fue aprovechado por ninguno de sus compañeros. A los 16, Gerlo pateó desviado. A esas alturas, Racing era desordenado en sus avances, no bajaba la pelota y abusaba de los pases imprecisos. En el mediocampo, se notaba la ausencia de Yacob a la hora de distribuir la pelota y Zuculini parecía un poco distraído. Mientras tanto, Quilmes seguía insistiendo con abrir el marcador. A los 20, Cahais despejó con la rodilla una chance clara para el visitante. Mientras tanto, Giovanni intentaba pero no le salía ni de tiro libre. A los 25, se lo perdió Morales. A los 29, Racing tuvo una llegada clarísima: zapatazo de Fernández que reventó el travesaño. A pesar de que al equipo de Russo le faltaban ideas, contaba con las arremetidas del juvenil para aportar un poco de claridad ante la anemia ofensiva. A los 38, Hauche remató al lado del palo de Galíndez, tras un pase de Fernández. A los 40, Toranzo mandó un centro pero nadie lo conectó. Un minuto después, Hauche quedó en un fuera de juego. Cuatro minutos después, Raymonda despilfarró una chance en el área de Racing, tras un contragolpe. Antes de que Giovanni pudiera recuperar el balón que había perdido, el árbitro le bajó la cortina a la primera parte.

En el arranque del segundo tiempo, Quilmes no tardó en tener una oportunidad de abrir el marcador. A los 5, De Olivera salió en falso pero pudo taparle un tiro peligroso a Garnier. Por el lado del local, a Hauche y Toranzo les costaba largar la pelota rápido y cualquier avance quedaba a mitad de camino. Giovanni aparecía con intermitencias. Otra vez, el equipo de Russo implementaba los pelotazos y los pases sin destino como vías para llegar al gol. A los 13, Hauche cabeceó afuera, tras un pase de Fernández. Un minuto después, hubo fuera de juego de Bieler. Entonces, Madelón mandó a la cancha a Caneo, quien había marcado el gol del triunfo ante Godoy Cruz. A los 18, el árbitro sancionó falta de Hauche sobre el arquero Galíndez. Desde la tribuna, comenzó a bajar el grito de “Lugüercio, Lugüercio …”. A los 21, Giovanni probó con un disparo defectuoso. En ese momento, Russo decidió que era la hora del Payaso. Pero, como había sucedido en Rosario, decidió romper con el libreto: adentro Lugüercio, afuera Zuculini. La lluvia empezó a caer sobre el campo de juego para entorpecer el panorama. Y, como si fuera poco, llegó el gol de Quilmes: a los 23, pase de Caneo, remate cruzado de Cerro para vencer a De Olivera. Fue un baldazo de agua (mejor dicho, de cerveza) congelada para las miles de almas académicas presentes en el Cilindro. A los 26, Giovanni ejecutó un tiro libre por encima del travesaño. Pero, cuando parecía que se venía la noche, Hauche tuvo su revancha. A los 26, el Demonio eludió al arquero, y marcó el empate. Russo no pudo esconder su desaforada alegaría con los brazos hacia arriba. A partir de allí, Racing pareció envalentonarse. A los 29, Cáceres mandó un centro rasante, pero ni Lugüercio ni Hauche pudieron mandarlo a la red. A los 40, Giovanni eludió a varios rivales con su tranco gigante, pero la jugada terminó en offside de uno de sus compañeros.

En los últimos minutos, hubo una jugada clara para cada uno: a los 44, Lugüercio se lo perdió increíblemente tras un pase de Giovanni. La pelota pegó en el palo y le impidió al Payaso marcar el gol del triunfo. Por el lado de Quilmes, Cerro la tiró afuera en una mano a mano con De Olivera, cuando se jugaba el segundo minuto de descuento. Mientras la lluvia seguía cayendo, el partido llegó a su fin. Así, Racing no pudo ganarle a Quilmes. Y habrá que ver si en lo que resta del torneo le alcanza el combustible para que su sueño de jugar la copa no quede a mitad de camino.

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