lunes, 29 de noviembre de 2010

Locales, sin dudas

Una verdadera fiesta se vivió ayer por la noche en el Florencio Sola en el encuentro que Racing derrotó a Banfield. Un aliento constante, una canción nueva y, como siempre, no entraba más nadie.

Una vez finalizado el partido en el cual la Academia empató, sorpresivamente, con Quilmes en el estadio Juan Domingo Perón, los simpatizantes académicos empezaban a planear el próximo viaje.

“El sábado a las 20.10 Racing-Banfield” reflejaban en sus páginas los diarios deportivos durante la semana. Tren, colectivo y auto eran los medios elegidos por los académicos para llegar al encuentro.

Un partido que en la previa era importantísimo: había que ganar para estar cada vez más cerca de la tan ansiada clasificación a la Copa Libertadores. No importaba que los de enfrente salgan o no campeón, ayer Racing tenía que ganar.

Con la suerte de ver el partido de reserva, la gente de Racing fue acercándose al estadio, la posibilidad de lluvia no impedía el acompañamiento.

Los fanáticos académicos se encontraban sentados en los escalones, cuando se empezaron a escuchar las primeras melodías entonadas por los bombos de La Guardia Imperial.

Una nueva canción se escuchaba en el ambiente, difícil de entender al principio pero con muchas ganas de cantarla: “Como no tenes nombre les pusimos apodo, la banda de pavote, los amigos de todos”, haciendo mención a la barra brava de los vecinos.

Los bombos buscaron su lugar en el medio, los simpatizantes se empezaron a parar y la hinchada comenzó a copar los paravalanchas.

Y ahí estaba Racing, nuestros guerreros de sueños, esos hombres a los cuales tanto les damos y tan poco recibimos. Esa salida hacia el medio campo iba acompañada de un “yo te quiero la acade, yo te sigo vos sos mi vida, siempre te voy a alentar, somos la 1 de la Argentina, vallas a donde vallas, esta es tu hinchada que siempre aliente, vamo acade, vamo a ganar, que la banda esta de fiesta”

La gente copó el sur, no entraba más nadie, Racing jugaba de local. Comenzó el encuentro y los simpatizantes académicos no pararon de alentar, sabían que era un partido importante.

“Aca esta la gloriosa banda de la Academia, la que va a todas partes, la que siempre te alienta, a pesar de los años los momentos vividos, siempre estare a tu lado, Racing Racing querido” entonaban eufóricos.

A los 21 minutos del primer tiempo Gabriel Hauche logró convertir el primer tanto de la noche y en la tribuna visitante se produjo una avalancha TERRIBLE para los ojos de los locales.

A los 24 lo empató Banfield y a los 25 lo vuelve a ganar la Academia. Cinco minutos para el infarto, no había tiempo de festejar solo de alentar “Como esta hinchada, seguro que no hay, te sigue a todas partes, te alienta hasta el final, porque tenemo aguante, aguante de verdad, es la numero 1, es la Guardia Imperial”.

Pasaron los minutos y el primer tiempo llegó a su fin, los hinchas buscaban un lugar para sentarse, descansar, pero no se olvidaban del objetivo: hoy hay que ganar.

El segundo tiempo empezó y los minutos no pasaban más, con algunas situaciones de los locales para lograr el empate pero no podían marcar el tanto.

La hinchada de Racing vivía su propia fiesta, hacia emocionar los corazones académicos “llega el domingo yo te vengo a ver, yo soy desde pendejo hincha de la acade, cada partido me vuelvo a enamorar, llega el domingo y todo vuelve a empezar, nose porque te quiero así Racing sos mi alegría, Racing me hace sentir, todo ese amor, esa ilusión, la de toda la gente que te quiere campeón”.

El partido seguía igual, el marcador el mismo, el tramite también. Lo único que cambiaba eran las canciones “Para venir a Racing, para venir a Racing se necesita un poco de locura, un poco de locura y otra cosita”. En ese tema los bombos se lucían mas que nunca, todos eran participes del “tum tum tum”.

Los dirigidos por Julio Falcioni atacaban y la gente, una vez mas, tenia que sacar a la fuerza este partido adelante “Racing es una pasión inexplicable, el veneno que corre en mis venas que llevo en la sangre, la enfermedad mortal que no quiero curarme, sos la droga que le pido a dios que nunca me falte”

Y el encuentro terminó y Racing logró tres puntos de oro. Una alegría inmensa para esos corazones que acompañan domingo tras domingo a nuestra amada academia.

A me olvidaba, ¿Banfield?, deberían ser amigos de Indesingente, muditos muditos.

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