lunes, 8 de noviembre de 2010

Para Néstor con cariño de Aveldaño

En un partido donde se homenajeó al ex presidente Kirchner, Arsenal se puso en ventaja dos veces con goles de Obolo y Álvarez. Pero, Racing no se rindió y pudo empatarlo a través de Lugüercio y Aveldaño. Al equipo de Russo le faltó claridad a la hora de definir.

El rival fue oportuno y facturó. Racing intentó, buscó pero su falta de precisión (y la de Claudio Bieler) lo privaron de una victoria. Cualquier similitud con otros partidos del campeonato no son mera coincidencia. En una tarde en la que en el Cilindro se recordó al ex presidente Néstor Kirchner, fue Lucas Aveldaño el encargado de rescatar al menos un punto para homenajear a aquel fervoroso hincha.

El comienzo del partido encontró a Racing intentando imponer su juego. Antes del minuto de juego, hubo una falta sobre Claudio Bieler pero nadie supo conectar el centro que devino de ella. Minutos después, el Taca no pudo facturas tras un pase de Fernández. A los tres minutos, Moreno ejecutó un tiro libre que se fue por arriba. La sonrisa del colombiano tras el remate fallido hizo soñar con una revancha. Como de costumbre, Moreno no mezquinó sus lujos: desplegó un taco para imprimirle talento a un encuentro que lejos estaba de tener buen juego. Racing parecía preocupado por tapar a Franzoia y Sena y de esta manera cortar cualquier circuito del rival. Mientras tanto, Fernández probó con un disparo que se fue a la tribuna. A los 11, hubo un remate de Krupoviesa que alertó a De Olivera. Para ese entonces, Alfaro gritaba desesperado porque su equipo estaba muy lejos de gravitar en la cancha.

A los 14, Giovanni realizó un pase milimétrico para Hauche, tras un rebote el Demonio se la pasó a Bieler pero el ex Liga de Quito despilfarró la oportunidad.

Y, entonces sucedió lo que mismo que en buena parte del campeonato: en la primera jugada clara del rival, De Olivera la fue a buscar a la red. A los 18, Bieler perdió una pelota en mitad de cancha y Racing quedó muy mal parado. De contra, Leguizamón habilitó a Obolo y el delantero no perdonó.

De ahí en más, Racing buscó alternativas para recuperarse del cachetazo. A los 20, Fernández cayó dentro del área pero el árbitro juzgó que no hubo infracción. Previamente a esa jugada, Giovanni quedó tendido en el piso por un golpe y debió salir momentáneamente.

La Academia tenía la posesión del balón y continuaba buscando el gol: a los 23, Zuculini remató y se fue afuera. Unos minutos después, el equipo albiceleste volvió a quedar mal parado y, de contra, Arsenal casi marcó el segundo. Además, hubo otro remate errático desde lejos de Bieler. Minutos después, el ex Liga de Quito se lo perdió de cabeza.

A los 35, Racing tuvo una muy clara: tras un pase de Moreno, Fernández remató y la pelota se fue muy cerca del palo. Tres minutos después, Bieler disparó un zapatazo que se elevó apenas por encima del travesaño. A los 40, De Olivera tapó un tiro libre de Arsenal.

El final de la primera etapa encontró a Racing pujando por el empate. Giovanni se sacó de encima a un rival con un caño y forzó una falta. Pero nadie supo aprovecharla.

En el comienzo del segundo tiempo, quedó claro que La Academia, con sus limitaciones a cuestas, iría por el empate. Antes del minuto, Moreno estrelló contra la barrera su tiro libre. A los 7, Cahais probó desde afuera con un disparo que se fue lejos. Al equipo de Miguel Ángel Russo le costaba abrirse camino ante un equipo que no parecía desesperado por asegurar su victoria sino por esperar a que pasaran los minutos. A los 9, hubo una de esas jugadas de las que “si no entró esta, no entra ninguna”: remate de Moreno, rebote, pase de Bieler a Hauche, quien no logró convertir porque la pelota fue bloqueada desde el piso por dos jugadores de Arsenal y luego fue atrapada por el arquero. Desde el banco local reclamaron retención de pelota pero el árbitro no lo vio del mismo modo. A los 14, empezó a oírse desde las tribunas el canto “Lugüercio, Lugüercio…” Mientras tanto, el equipo se las ingeniaba para poner en aprietos a Arsenal. A los 14, Cáceres recuperó el balón, avanzó varios metros, intentó hacer un pase a Bieler pero el árbitro marcó un supuesto fuera de juego. Dos minutos después, un remate de Toranzo se fue cerca. Por el lado de Arsenal, se mostraba ordenado y a la espera de un error del rival para liquidar el encuentro. A los 20, Giovanni logró hacer de las suyas pasando entre varios pero luego fue interceptado.

Y, entonces, Russo decidió que hora de meter mano en el equipo y dispuso el ingreso de Lugüercio. El nombre del jugador que debía salir sorprendió a más de uno: Matías Cahais. Delantero por defensor. A los 25, De Olivera le tapó el segundo gol a Aguilar (estaba de cara al arco) y le permitió a Racing seguir pujando por el empate. Y a los 28, La Academia logró romper con toda resistencia: Lugüercio apareció por izquierda, recibió un pase de Toranzo y marcó el 1 a 1. Pero la alegría pareció durar poco: a los 33, Álvarez volvió a poner a Arsenal en ventaja con un zurdazo magistral.

Como sucedió a lo largo del torneo, el rival se estaba quedando con una victoria sin merecerla. Tras el golpe provocado por el segundo tanto, La Academia no se amilanó y no abandonó su misión de ir en busca del arco rival. Y de la mano de Toranzo, fue empujando hasta conseguirlo: a los 40, llegó un centro de Fernández, Martinez la tiró al medio y apareció Aveldaño para sellar el empate. Desde ese instante hasta el final, el equipo de Russo acorraló al rival a puro córner pero no logró quedarse con la victoria. En una tarde donde la faltó eficacia y contundencia, Aveldaño fue el encargado de sellar un empate para homenajear al hincha presidencial.

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