jueves, 22 de septiembre de 2011

Código binario

Repasar el fixture de la Academia, a partir de la tercera fecha, con sus resultados correspondientes, refleja el código con el que se maneja el conjunto de Diego Simeone. Únicamente ceros y unos, dan cuerpo y generan el contexto en el que naufraga este barco cargado de ilusión.

Es de público conocimiento que a quien comanda este Racing versión 2011/12 no le gusta relegar puntos en el camino, y si se está jugando de visitante, mirar el empate con lentes poco espejados es un accesorio que al parecer, le sienta bastante cómodo a la Academia.

Es que si se observa el fixture a partir de la tercera fecha, la entidad de Avellaneda ha naufragado en un código binario que no es más que el fiel reflejo de la poca efectividad en ataque (no por afirmar esto se quiere sostener que las cantidad de llegadas son directamente proporcionales) y la solidez defensiva que, en su conjunto, catapultan a la celeste y blanca como principal escolta de esta competición que ingresa, tímidamente, a la mitad del camino.

Con ocho partidos en la mochila, Racing figura como uno de los únicos dos equipos que mantienen en cero la cantidad de partidos en los que conocieron el sabor de la derrota (el otro es Boca Juniors). Y es que las ráfagas de buen fútbol y la contundente sencillez y solidez defensiva van moldeando a un conjunto que de a cuotas comienza a mostrar los hilos.

Claro está que Racing va incrementando verticalidad, agresividad y contundencia en ataque de la mano de jugadores que saben y mucho de eso y la noche de miércoles en Avellaneda no fue más que un mero testigo de que si se continúa navegando esta misma hoja de ruta, el código binario, compuesto por ceros y unos, posee fecha de vencimiento.

Y que mejor que aprovechar estos dos clásicos que se avecinan, para cambiar los factores, alterar el producto y generar como resultado un número elevado a la enésima potencia. En varias oportunidades, tanto Teófilo Gutiérrez como Giovanni Moreno pudieron aumentar la cuenta, aunque, al parecer, la matemática no quiere dar el brazo a torcer. Sin embargo, mientras se mantenga el arco en cero, que ya de por sí bien cubierto está, la tranquilidad para incrementar el marcador racinguista, es una cuestión de perseverancia.

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