Con el pecho inflado por el doblete, el goleador de Racing, Teófilo Gutiérrez, sacó a relucir toda su ilusión. “No se cómo le pegué en el penal, pero por suerte el fútbol da revancha, tuve otra y la metí”, expresó, eufórico por la victoria en el Cilindro. Al retirarse recibió una gran ovación.
Mientras le hacían la entrevista de la Televisión Pública, Teófilo Gutiérrez oía los aplausos y el coreo de su nombre. ¿Ya sos ídolo?, le preguntó el cronista. “Gracias a Dios, a mi familia que me apoyó en los momentos difíciles en mi carrera. Estoy en un club grande como Racing, le debo todo a mis compañeros y a esta gente que siempre nos apoya”, contestó la figura.
Del penal fallido aclaró, con gracia: “No se cómo le pegué. Pero, por suerte, el fútbol da revancha. Tuve otra y la metí”. Sin dudas, estaba contento también por haberse repuesto del error y volver a encariñarse con la red en el mismo encuentro.
Teo no escondió la expectativa, la ilusión que le genera la Academia: “Siempre soñamos. Soñamos de día. Este es un equipo joven, es una familia. Nunca había estado en un equipo tan unido, tan humilde. El camerino (vestuario) lo disfrutamos mucho, como familia, y lo demostramos en la cancha”. Y se fue. El ídolo colombiano entró al vestuario bajo un Cilindro agitado que se rompía las manos por su figura.
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