Al ritmo de “Tenés que salir campeón este es el año”, La Academia se lució en el verde césped desplegando un fútbol de alto valor en el cual el juego ofensivo, el orden de la última línea y la seguridad del arquero permiten ilusionar a su público, esos incondicionales de siempre.
Con la premisa de conseguir los primeros tres puntos del campeonato, una multitud se acercó al estadio Juan Domingo Perón un lunes por la noche con la amenaza de lluvia constante. Las dos cabeceras endulzadas con un celeste y blanco brilloso, el escudo de Racing en la mitad de la platea, era lo nuevo para los miles de académicos.
El nuevo arquero de la entidad de Avellaneda, Sebastián Saja, salió a realizar la entrada en calor, La Guaria Imperial (no realizó su entrada habitual por la puerta 10) empezó a demostrar que el “1” estaba en un equipo grande: “Yo te quiero La Acade, yo te sigo vos sos mi vida, siempre te voy a alentar, somos la uno de la Argentina, vayas a donde vayas, esta es tu hinchada que siempre alienta, vamo acade, vamo a ganar, que la banda está de fiesta”.
El público local se fue ubicando en sus lugares con el fin de ver un “nuevo Racing”. Casi sin espectadores visitantes, la gente académica hacia retumbar el Cilindro al ritmo de “La Acade, La Acade, La Acade te vinimos a ver, te llevamos en el corazón, te queremos ver campeón”.
Los minutos pasaron y ahí salió Racing, vestido con la camiseta titular acompañado del “Esta campaña volveremos a estar contigo, te alentaremos de corazón, esta es tu hinchada que te quiere ver campeón”. Nuevas caras en el elenco de Diego Simeone, un nuevo estilo de juego basado en la presión, la inteligencia y el orden.
El primer grito del encuentro llegó de la mano de Teófilo Gutiérrez, el corazón de los hinchas latió cada vez más fuerte, el “Teo Teo” ya no sirve para agradecerle a semejante jugador.
“Porque tenemo aguante, aguante de verdad, es la número 1, es La Guardia Imperial, que alegría que alegría, ole ole ola, vamos Racing todavía, que estas para ganar, como esta hinchada loca, seguro que no hay, te sigue a todas partes, te alienta hasta el final”, empujaban los simpatizantes académicos que querían el segundo.
Un penal errado, un jugador expulsado por parte de Godoy Cruz, dos delanteros contra el arquero, y el resultado continuaba siendo el mismo. “Para venir a Racing, para venir a Racing, se necesita un poco de locura, un poco de locura y otra cosita”, cantaban eufóricos los simpatizantes.
El primer tiempo llegó a su fin y un “Y dale y dale, y dale Racing dale” bajaba desde los cuatro costados. Los jugadores se despedían de la primera mitad por el túnel que se encuentra debajo de la cabecera local.
En la segunda mitad el desenlace futbolístico fue parecido al de los primeros 45 minutos en donde la potencia ofensiva de La Academia marcaba el ritmo del cotejo, pese a que, por momentos, el conjunto mendocino controlaba las acciones del juego.
En esa segunda parte desfilaron canciones de todo tipo. En la primera mitad fueron todas de empuje: “Vamo Racing vamo, ponga huevo que ganamos”, “Para salir primeros, hay que poner más huevos, vamos a ir a la Boca y la vamo a prender fuego”.
Un golazo de Lucas Castro y otro tanto más del colombiano marcaban el gran partido de Racing y la superioridad numérica que se veía plasmada en el campo de juego. Una vez más, el grito de guerra se desplazó de todas las gargantas académicas: “Tenes que salir campeón este es el año, ustedes poniendo huevos y yo alentando, hace mucho tiempo, que la vuelta yo quiero dar, y este año academia no me podes fallar, vamo acade, vamo acade”.
Los últimos minutos fueron a puro toque por parte del conjunto albiceleste, el “Olee olee” acompaño desde la popu, pero por sobre todas las cosas, los jugadores acompañaron los sueños de estos hinchas, esos soñadores que piden a gritos una vuelta olímpica.
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