martes, 15 de septiembre de 2009

RC al ataque

Los números le provocan un nudo en la garganta a Racing. Como si sus problemas fueran cíclicos, vuelve a penar en zona de Promoción cuando la temporada lleva poco tiempo de vida. Sólo tres unidades conseguidas de las últimas 12, apenas dos goles a favor, ninguna victoria en la bolsa, el decimosexto puesto en la tabla... Ricardo Caruso Lombardi siente que ya no le alcanza con empatar, con especular, con mirar más el arco propio que el ajeno. Entendió que es tiempo de moldear un esquema que arriesgue más, que no atienda tantos temores y permita ver a un equipo que, al menos, intente desplegar un fútbol más ambicioso allá de sus limitaciones. Y ya parece decidido a dar ese volantazo por más que el próximo rival sea San Lorenzo, el primer grande al que le toca enfrentar en el torneo. Si bien no lo confirmó públicamente, Richard tiene en mente cambiar radicalmente el rígido 4-4-2 por un atrevido 3-3-2-2 (con Grazzini y el pibe Luis Fariña como doble enlace), aunque tampoco se descarta un 4-3-1-2. Lo seguro es que meterá como mínimo un enganche. "No podemos seguir empatando. Hay que ir en busca de los tres puntos. En el fondo ya pueden volver algunos muchachos, como Cáceres. Y tal vez ponga un doble enganche o uno solo adelante del cinco", soltó el técnico en el programa de Mariano Closs, por La Red. Tras la práctica no había querido hablar con la prensa.
Después del 1-1 ante Gimnasia, el DT se mostró muy molesto por la reprobación de los hinchas que le piden al Mágico desde el arranque. "Me tienen podrido con Grazzini", disparó. Sin embargo, más en frío entendió que Racing debe asumir una postura más audaz con un planteo que trabajaría durante la semana. Este dibujo, a priori, le convendría en una cancha amplia como la del Nuevo Gasómetro, ante un rival que demostró fallas en defensa y que atrás podría dejar espacios potables. Además, con esta movida, tendría más para ganar que para resignar: si pierde, al menos habrá cubierto la demanda de la gente que le pide más juego ofensivo. Si gana, sacará pecho por su idea de modificar la estructura. "Dentro de lo que se pueda arriesgar, tengo que hacer alguna variante por la dimensión del campo y para tener más volumen de juego", agregó el Tano. ¿Cómo será el sistema defensivo con ese dibujo? Se supone que los volantes por las bandas bajarían para formar línea de cinco, con Ledesma cerquita de los dos centrales. Mientras que con la posesión de la pelota, la idea sería atacar con cuatro hombres.
Charla profunda. La pobrísima producción del equipo, la peor desde que es dirigido por este cuerpo técnico, derivó en una reunión de 40 minutos entre el entrenador y sus dirigidos, previa al inicio de una práctica intensa en lo físico. Allí les llamó la atención por el bajón y buscó una pronta reacción en el grupo. "Les transmití a los jugadores que estoy preocupado. Les dije: 'muchachos, ¿como puede ser que contra Arsenal hayamos jugado un partido excelente y que el viernes bajáramos tanto el nivel?'. Ellos también hablaron. Tienen que darse cuenta de que estamos en una posición muy incómoda", reveló el entrenador, en el umbral de una seguidilla de rivales difíciles (el Ciclón, Independiente y Boca, con Huracán en el medio): "Debemos despertarnos. No podemos regalar nada. Contra Gimnasia, salvo en los últimos 20 minutos, no agarramos la pelota, no nos comprometimos, nos superaron por los costados. Una caída así en el rendimiento me desestabilizó, me movió".
Sobre los silbidos con que los hinchas despidieron al equipo, comentó que esa actitud masiva "fue dirigida a los jugadores, que no rindieron, y a mí porque esperaban que pusiera a Grazzini en vez de a Velázquez". También pidió concientización: "La gente no entiende que todavía estamos peleando contra el descenso. Por poner un enganche y sacar un volante no vas a ganar por cinco goles. No seamos tan locos". Pese a su último punto de vista, parece haber llegado la hora de librarse de tanta cautela.

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