A los tres minutos ya se encontraba en desventaja, cuando Independiente aprovechó quedar uno a uno en ataque y Darío Gandín definió abajo. El esquema con tres en el fondo tuvo un mal comienzo, tanto, que Caruso decidió cambiarlo antes de la mitad de esa primera parte.
Racing se rearmó y empezó a acercarse. Cáceres estrelló un cabezazo en el travesaño cuando el arquero Gabbarini había pasado de largo. Sin embargo, esa primera reacción de la Academia fue frenada por un polémico penal que el árbitro Saúl Laverni otorgó cuando Mareque chocó con Aveldaño en el área. Gandín, pese a que De Olivera llegó a tocarla, puso el 2-0 a los 28.
Entonces llegaron los minutos más desorganizados de un Racing que, empujaba y generaba pelotas paradas a favor cerca del arco rival, situaciones que se tornaron más peligrosas en contra que a favor. De un par de contraataques luego de esas acciones pudo haber llegado otro gol del rival. Igual, en ese ida y vuelta también pudo ingresar por el medio de la defensa del contrario un par de veces con Castromán, que no pudo definir bien una y fue desplazado en otra.
La segunda parte empezó favorable al equipo de Caruso, que tuvo un envión similar al de su rival: a los cuatro minutos Grazzini envió un centro pasado para la llegada de Ledesma, que puso el 1-2. Quedaba medio partido y el ánimo había cambiado de vereda. De todas formas, a pesar de sumar a Falcón al circuito de juego, no encontraba claridad.
Entonces, los centros parecían el único aliado para llegar al empate. De manera increíble no lo consiguió Aveldaño que cabeceó a la carrera debajo del arco. Luego, Martínez no pudo aprovechar una mala salida del arquero en un corner para empujarla con poco ángulo. Independiente siguió con su repliegue atrás y Racing con sus intentos carentes de lucidez. Cerca del final, como símbolo de eso, Velázquez remató de atropellada y desviado en la última oportunidad para un equipo que cada vez que intentó reaccionar no pudo plasmarlo en el juego.
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