El discurso fue mutando con el correr de los magros resultados. Apenas consumada la victoria frente a Newell's, en la última fecha del campeonato pasado, el chip del cuerpo técnico era mantener el equipo para repetir el quinto puesto y lograr ingresar a la Libertadores. Pablo Migliore, ya en San Lorenzo, era por entonces el estandarte del optimismo académico y el primero que dejó el barco lejos de la Copa. Entonces fue el otro Pablo, Lugüercio, el que tomó la posta y aseguró que se quedó en Racing porque había equipo para salir a competir más allá de la frontera. "El objetivo y el sueño que tenemos es entrar a la Libertadores, así también vamos a incrementar el promedio", sostenía el Payaso antes de comenzar el Apertura.
Claro que entre esa frase cargada de esperanza y la actualidad hay tres resultados puestos que le pusieron un freno de mano a la ilusión. El pobre arranque del equipo (sólo dos puntos sobre nueve) hizo que el plantel vuelva al discurso que le dio resultados el semestre anterior. "¿Si se puede entrar a la Copa? Pensamos en Gimnasia, hay que ganarle y empezar a sumar puntos", explicó Lugüercio, dejando de lado, al menos de la boca para afuera, su ambición de emular la campaña de Estudiantes
El motivo de la reserva del delantero, que comparte con el resto de sus compañeros y el cuerpo técnico, es que el fantasma del promedio volvió a acechar. Central, que había arrancado a 11 puntos de la Academia, ya está a sólo cuatro y el rival de esta tarde está a tres. "Ojalá que podamos aprovechar las situaciones que tuvimos contra Arsenal, así no empezamos a pensar en cosas raras. Nuestro objetivo es ganarle a Gimnasia, en este momento no pensamos en nada más grande", cerró el Payaso, acorde a la situación de la Acadé.
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