martes, 29 de septiembre de 2009

"Me puse plazo"



La nave se le mueve cada vez más. Los desperfectos se mutiplican. Las turbulencias lo acechan y Ricardo Caruso Lombardi empezó a resbalarse. Sin triunfos en el torneo, abatido por una durísima derrota que pudo ser mayor ante Independiente y muy preocupado por la falta de respuestas anímicas y futbolísticas, el técnico analiza seriamente dar un paso al costado si el equipo no levanta en los próximos dos partidos. Esto se lo dejó entrever ayer a su plantel en una charla de 50 minutos, antes de la práctica. "Ya me puse un plazo. No sé si para el sábado. Pero quiero ver una actitud diferente en el equipo. Si se vuelve a dar todo como en el campeonato pasado, bienvenido. Si no, sé lo que tengo que hacer. No quiero dañar a los dirigentes ni a Racing", avisó Richard.


Los directivos insistieron con que no piensan despedirlo y confían en que cambiará la historia. "Ellos son de primera, unos monstruos, de diez", los ponderó Caruso. Pero el nivel de desconcierto se elevó considerablemente en Caruso, quien comenzó a sentir una incomodidad que puso en duda su continuidad en lo inmediato. "Este -agregó el hombre que tambalea en el banco- es el peor momento de mi carrera en 17 años que llevo como entrenador". Concretamente, salvo que Racing sufra el sábado otra caída estrepitosa (ante Huracán) y decida irse ese mismo día, como límite el DT esperará una reacción en el clásico del jueves 8 de octubre ante Boca, antes del receso en el torneo por la participación de la Selección en Eliminatorias. "No soy un enfermo de la plata, tampoco me gusta colgarme del cargo ni arrastrarme para dirigir. Uno tiene que saber dónde está ubicado...", enfatizó el entrenador, muy sorprendido por esta crisis: "Les dije a los jugadores: 'Muchachos, a mí me tiene que entusiasmar el equipo. Necesito que me contagien'. Tengo que ver si puedo revertir esto. Si no, no soy de rogar para quedarme en un club".
 
Con el propósito de enderezar el rumbo, el DT probó con cambio de nombres y de esquemas, aunque no le alcanzó. De hecho, con el sistema de 3 -4-1-2, chocó contra muchos problemas defensivos frente al Rojo y volvió a notar la falta del espíritu luchador que tanto rédito le dio en el Clausura. "Estoy convencido, ahora les falta a los jugadores convencerse de que pueden mejorar. A esto lo pueden sacan ellos adelante. Pasa que la Promoción les quemó la cabeza, tal vez se aflojaron y ahora se dieron cuenta de que se equivocaron", sostuvo Richard en el programa 90 Minutos, por Fox, tan decepcionado como sorprendido después de la buena campaña realizada en el torneo pasado. En un plantel con ausencia de líderes de peso (Yacob está lesionado), los futbolistas parecieron hacerse cargo de las palabras de su conductor sobre la falta de convicciones. Claro que él se lleva una parte importante de responsabilidad: armó este plantel con doce refuerzos de escasa jerarquía que, en su mayoría, llegaron como suplentes y no le aportaron soluciones. ¿Por qué la merma de actitud en jugadores que, como los que provienen del Ascenso, deberían tener hambre? Eso es lo que el DT no puede comprender: "Cuando el equipo te responde, uno trabaja con ganas, alegría y va hacia adelante. Si los jugadores no pueden hacer más de lo que hacen...". Clarito. Se avecinan horas decisivas para su futuro.

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