martes, 1 de septiembre de 2009

Caruso, ¿estás igual?

Hasta los 45 del segundo tiempo, previo al empate apaga incendios de Ramírez, en el aire de Avellaneda volaban palabras duras: así no podemos jugar, somos un desastre, mirá el arquero que trajo Caruso, otra vez a evitar la Promoción y hasta algunos hablaban de ciclo terminado. ¿Ya? Después, claro, el efecto se suavizó. La descarga del 1-1 generó alivio, pero en la superficie. En el fondo quedó un sedimento de preocupación. Por la falta de definición cuando el equipo generó algunas claras en el primer tiempo y por la repetida carencia de juego en la parte final, cuando Grazzini apagó definitivamente su interruptor. Al menos se recuperó el sacrificio ausente en Rosario. Esperanza no abunda, pero es bueno recordar que Caruso, apenas pisó el club, tuvo un arranque igual o peor que el actual. Un error del arquero, Campagnuolo entonces y Santillo ahora, lo dejó con un punto. Y la otra fue derrota: 0-1 ante Central en este torneo y un doloroso 1-4 ante Tigre que hacía suponer que la Promo era buen negocio en la temporada pasada. Sigo confiando en Caruso. Es el mismo tipo al que se le prometió estatua con tal de dejar al equipo en Primera. En verdad, le habríamos asegurado el regreso al Cielo al ángel caído. Ahora, ¿Caruso es el mismo? Sí, aunque le cuesta que sus jugadores tomen envión y se conviertan en guerrilleros molestos. Su estilo cuidadoso del arco propio también es idéntico al anterior. El problema es que ahora el hincha espera más. Y Caruso no está exento de culpas. Se quedó sin cuatro titulares y se le lesionaron Wagner, Falcón y Yacob. OK, pero hablar de que se fueron 30... El mismo separó a 18 integrantes del plantel. O decir que no llegaron los nombres que había pedido, teniéndose que conformar con otros. Son declaraciones de un entrenador que busca excusas en la antesala del adiós.
El arranque es idéntico y el estilo también, pero el hincha espera más.

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