viernes, 4 de septiembre de 2009

"Me demostré que puedo atajar acá"

Los profesores lo llamaban al orden cuando la lengua se le escapaba y hablaba de más cuando no debía. Jorge De Olivera, en Misiones y con no más de 15 años, no era el terror de la escuela de turno. Su labia no fue la que lo distrajo de alguna clase de matemáticas, sino la que con el tiempo lo llevó a ser el arquero de Racing. "En los picados del barrio jugaba de nueve, era buen cabeceador. En las Infantiles arranqué de seis, pero me di cuenta de que no era lo mío: cuando mi equipo atacaba me quedaba charlando con mi arquerito y me distraía mucho, je. Lo mío estaba en el arco", cuenta el lungo de 1,96 metro surgido en Chicago, que el miércoles debutó como titular en Racing frente a Arsenal y dejó una imagen cargada de seguridad.
Quizá por esa sobriedad y gran presencia para pararse debajo de los tres palos se haya ganado el apodo de Dida. Su cabeza rapada, su gran altura y el estilo de juego lo asemejan al exitoso arquero brasileño. "Cuando llegué a las Inferiores en Buenos Aires me pusieron Dida. Pero sólo me parezco en lo delgado y en lo alto", se jacta.
-Tenés una cábala muy particular...
-Siempre me pongo la ropa empezando por el lado derecho. Pantalón, calzoncillo, remera, guantes... Todo me la paso primero por la pierna y el brazo derecho. Es una boludez, pero es una cábala que tengo, je.
-Frente a Arsenal te causó buenos resultados...
-La verdad que me sentí muy bien. No tuve mucho trabajo, pero me demostré que puedo atajar acá. En las pocas pelotas que tuve que agarrar me sentí bien... Es un ritmo más rápido que en el Ascenso, pero me sentí cómodo.
-¿Cómo te sentiste en las horas previas al debut en un equipo grande?
-La noche previa, en el hotel, me costó pasarla. Tenía ansiedad y el típico cosquilleo en la panza. Pero una vez que entré al vestuario y tomé contacto con mis compañeros se me pasó todo eso que sentía.
-¿Tenías miedo de quedar marcado por un error en tu debut?
-Miedo no, pero sí entré sabiendo que en Racing tenés una responsabilidad diferente. Cada paso que das tiene mucho eco. Me jugaba un montón de cosas y yo soy el primero que me exijo. Tenía que devolverles la confianza a los dirigentes y a Caruso por haberme dado la chance.
-¿Sentías que una buena actuación te acercaba más a la titularidad y un error te dejaba muy lejos de volver al arco?
-Tan al extremo no, pero era una oportunidad que en lo personal no podía dejar pasar. Creo que aproveché la chance y brindé seguridad, me tengo que quedar tranquilo y el técnico decidirá si me sigue poniendo o no. Yo cumplí.
-¿Imaginabas que te costaría más tener una chance en el club?
-Sí, pero me gustó que Ricardo nos haya bancado tanto a Pablo y a mí, y que no trajera a otro arquero para ser titular. Esa fue una satisfacción muy grande.
-¿No era mejor que te llegaran un poquito más así te lucías?
 
-(Risas) No... Ya habrá tiempo para que me peloteen y voy a demostrar que estoy preparado para atajar todo. El debut fue tranquilo y es mejor arrancar así.

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