miércoles, 23 de septiembre de 2009

Lo atamos con alambre



Además de las respuestas anímicas que no logra encontrar en sus jugadores ("no sé qué le pasa al plantel", le dijo el lunes a Olé), Caruso Lombardi tiene varios problemas para armar el equipo. El principal está adelante, donde en este torneo todavía no logró encontrar al socio del inamovible Pablo Lugüercio. Rubén Ramírez está muy bajo de nivel y el técnico le reclama más compromiso, mientras que a Javier Velázquez lo quería ir llevando más despacio. Por si fuera poco tener que cubrir un lugar tan importante, Richard ahora perdería también al Payaso.


Después de los estudios que le realizaron ayer se confirmó que Lugüercio sufrió un esguince en la rodilla derecha. La buena noticia: es leve. La mala: igual lo dejaría out para el domingo. En el cuerpo técnico lo van a esperar hasta último momento, pero no hay mucho optimismo. ¿Entonces? El entrenador siempre insiste con que Sebastián Grazzini es el reemplazante natural de Lugüercio. Como le cuesta hacerle un lugar en su función natural de enganche, Caruso lo ubicaría más arriba. En cuanto al acompañante del Mágico, hay tres nombres en carrera: Lucas Castromán, Ramírez y Velázquez.

En el medio también habría retoques, volviendo Marcos Brítez Ojeda como doble cinco. El ex Los Andes se pararía más adelante que Ledesma para juntarse en el circuito futbolístico con Grazzini. Y por la derecha ingresaría Sebastián Rosano, quien se recuperó de una molestia en el cuádriceps que lo dejó fuera del partido ante San Lorenzo. Esto traería como consecuencia una modificación en la última línea, donde Braian Lluy ocuparía el lugar de Matías Cahais. El ex Boca es marcador central y no está teniendo buenas actuaciones sobre el lateral izquierdo. Lluy, aunque es derecho, está acostumbrado a esa posición y ofrece mucha más llegada.

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