domingo, 31 de enero de 2010

Los hinchas de Racing y el equipo forman la simbiosis perfecta del pueblo académico. La primera fecha dejó en claro que tanto la gente, como el plantel, están comprometidos con este proyecto que si Dios quiere nos puede llevar a lograr lo más preciado.

Llegar a la cancha de Racing siempre tiene un sabor especial. Primero, por la expectativa de ver que todo a tu alrededor es celeste y blanco y además formamos parte de una comunidad que comulgamos el mismo credo. Segundo, la esperanza renovada de ver un triunfo de la academia.

Hoy, se agregaba algo distinto. Se iniciaba el campeonato y Racing era el equipo que más expectativas había creado tanto en la prensa deportiva como en el pueblo académico. Todos estos factores provocaron que a la ya histórica presencia de la gente se le sume una marea adicional que buscaba darle un gran apoyo al equipo y un colorido especial a la primera fecha.

La primera imagen apenas se llegaba al playón era un ir y venir de gente y una concentración masiva frente al stand de venta de camisetas donde los hinchas vaciaban las estanterías comprando la nueva indumentaria y todo aquello que tuviera un símbolo académico.

Faltaban dos horas y la cancha ya presentaba signos de un lleno casi total. La gente cantaba y presagiaba un futuro promisorio que tendría visos de realidad al final del partido. No faltaron los saludos a nuestros vecinos, a los del riachuelo y a los plumíferos. En el duelo de quien era la primera y real Academia quedó bien claro quién se subió al podio en el primer puesto.

Los minutos previos a la salida de los equipos aumentaba las pulsaciones de las casi 40.000 almas que palpitaban por ver a sus jugadores mientras matizaban la espera al son del clásico “De pendejo te sigo…” Los escalones temblaban, ya fueran los de popular, platea y hasta los estacionamientos de autos. Miles de gargantas se preparaban para el asalto final.

La fiesta se tornaba más divertida con el agitar de los globos del nuevo sponsor. La salida del equipo provocó el estallido… Una nube celeste y blanca salida de dragones mecánicos provocaba el delirio de propios y extraños. Los jugadores como gladiadores se juntaban en el medio del campo para aplaudir ese espectáculo.

No faltó la bandera de “Aguante Academia” con su movimiento ondulante y llamó la atención el nuevo “trapo” de una de las agrupaciones que festejaba sus 20 años.

El ulular racinguista, tuvo vaivenes hasta los 39’ del primer tiempo cuando Lugüercio rompió la paridad y la temperatura subió nuevamente a los 42’ con el cabezazo de Martínez. Ya el pueblo de Racing era fiesta.

El segundo tiempo nos encontró buscando la goleada que se veía venir. Los aplausos se sucedían y el celebrar los chispazos de buen juego con el clásico “Ole” hacían que el delirio fuera completo. Para cerrar el festejo, tuvimos la suerte de ver el “TACAzo” ya que nuestro romperedes, Bieler, luego de una gran individualidad de Hauche, puso el sello final a una goleada espectacular.

La euforia continuo hasta el final y tiñó de celeste y blanco toda Avellaneda con la salida loca de todos los hinchas que no hacían más que soñar con lo que viene al grito de… “Ustedes poniendo huevos y yo alentando…”. La próxima víctima, será Colón en su casa. La gente ya esta sacando los pasajes. Esto, recién empieza…

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