jueves, 22 de octubre de 2009

Pese a los cambios, el rendimiento fue el mismo



En la práctica de fútbol que realizó el DT Juan Barbas, los supuestos titulares cayeron ante un combinado de suplentes por 2 a 0. Fueron cinco los cambios que introdujo el entrenador con respecto a la formación que perdió en La Paternal, pero el rendimiento no varió y el conjunto rival no perdonó a través de un doblete de Pablo Caballero.


Cuando el público clamó por “Grazzini titular”, Caruso lo colocó. El enlace no rindió y por eso perdió en poco tiempo su puesto. Asumió el nuevo técnico, en realidad ascendió de la Reserva a la Primera, y también dejó al ex Newell´s en el banco. Sin embargo, en su debut perdía por dos goles y decidió la inclusión del Mágico para el complemento. Durante los 45 minutos que tuvo en cancha, Grazzini fue de lo mejor de Racing. Intentó, amagó, eludió, pidió la pelota, pero le faltó la puntada final. Misma imagen había mostrado en la derrota ante Huracán, donde sí convirtió.

Al haber sido Barbas un jugador de pie exquisito, una de sus premisas era armar un equipo que juegue a la pelota por bajo, con enganche. No se pudo llevar a la práctica contra Argentinos y por eso decidió tocar las piezas en la semana previa al choque con Lanús. Sacó a Lucero y allí puso a Falcón. Movió a Pérez por derecha para ubicar a Wagner junto con Yacob. Arriba reemplazó a Caballero por Grazzini. Pese a estas modificaciones de mitad de campo para adelante (para atrás hizo otras), la idea de juego no estuvo presente en el ensayo de fútbol.

Racing carece profundamente de un jugador que pueda definir las pocas jugadas que genera el equipo en cada partido. Ramírez parecía serlo pero su estado físico, sumado al poco sentido de orientación que tuvo para esperar la pelota dentro del área, no le permitió ser el goleador que todo plantel necesita. Luego fue el turno de Pablo Caballero. Tampoco el juvenil de las inferiores es un “nueve” clásico por más que su físico da para más. Aún no sabe cómo utilizar su cuerpo de manera provechosa y por eso la defensa contraria no sufre demasiados sobresaltos ante su presencia.

A su vez, la línea de cuatro del fondo tampoco brinda seguridad alguna. Para con Lanús, Barbas modificaría la dupla central. Chaco Martínez dejará el equipo por haber llegado a la quinta amarilla y Aveldaño haría lo propio por bajo rendimiento. En sus lugares estuvieron el paraguayo Cáceres, que últimamente jugó de lateral derecho, y Matías Cahais, improvisado marcador de punta izquierdo.

Los resultados continúan esquivando Avellaneda. Los cambios cada vez son más pero el rendimiento es siempre el mismo. Los once no salen de memoria. Sólo pocos jugadores juegan siempre. No hay una base de equipo. El arquero no es el mismo que empezó el torneo. La defensa sufrió siempre modificaciones en sus laterales y ahora la hará en la pareja central. El mediocampo conoció varias caras como las de Brítez Ojeda, Ledesma y Rosano, que ya no aparecen. En la delantera Lugüercio es inamovible porque no hay otro jugador que lo supere en el flojo rendimiento que presenta el ex Pincha. Y el nueve de área era Ramírez, luego Caballero, también tuvo minutos Velázquez, y ahora el puesto está vacante.

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