martes, 6 de octubre de 2009

"Me da verguenza no haber ganado..."



"Por respeto al club, a la historia de Racing, un grande del fútbol argentino, uno no puede estar siete u ocho partidos sin ganar. Esto me da vergüenza. Es la primera vez que me pasa en 16 años de carrera". Desconcertado, aturdido por la crisis, Caruso Lombardi sufre porque no puede parar una hemorragia de Racing que lo llevó a una situación límite: ratificó que está decidido a renunciar si el equipo pierde contra Boca o si empata con otra producción carente de actitud y de buen nivel. Mientras tanto, los jugadores hurgan en su cabeza en la búsqueda de explicaciones que, segun ellos, no encuentran. Sin embargo, son varios los factores que desembocaron en esta realidad desoladora e involucran a dirigentes, cuerpo técnico y futbolistas.


Como primer punto, Caruso falló en la elección de los refuerzos y hoy Racing muestra un plantel pobre en potencial, con sólo cuatro unidades en el campeonato y sumergido en la Promoción. Si bien el DT asegura que no fueron contratados todos los que pidió, aprobó el arribo de 12 que, en su mayoría, son de segunda línea y no cubrieron las necesidades ofensivas de la Academia. Salvo De Olivera, el resto no estuvo a la altura de las circunstancias. Y en esto le cabe una responsabilidad importante a la dirigencia: confió demasiado en el ojo clínico de Richard e incorporó a todos los jugadores que le solicitó, cuando lo conveniente hubiera sido que ellos eligieran a algunos de más calidad.

A esto hay que sumarle que el equipo perdió piezas que le transmitían mucho empuje desde lo anímico, como Migliore, Franco Zuculini, Sosa y Shaffer, todos transferidos. Precisamente en el aspecto de la entrega, el equipo resignó ese espíritu batallador con el que (en el Clausura) supo compensar su falta de claridad futbolística. "Después de zafar de la Promoción, tal vez nos relajamos porque ya no tenemos la soga al cuello como antes. A veces eso te puede ayudar, y otras te perjudica", reconoció Lucas Aveldaño.

Encima, hay jugadores que bajaron notoriamente su rendimiento con respecto al torneo pasado. Y esto, claro, repercutió en el funcionamiento de un equipo que está a años luz de la solidez defensiva de antes y de la efectividad que demostraba las pocas veces que llegaba al área de enfrente. De hecho, con apenas cuatro goles, hoy es el equipo que menos convirtió en el certamen.
 
Ante la falta de resultados, Caruso probó con diferentes nombres y esquemas, pero no le dieron rédito y el desconcierto creció. Más allá de que muchas veces apostó a planteos conservadores con un vuelo futbolístico rasante, ante Independiente -por ejemplo- puso línea de tres en busca de ser más ofensivo. Sin embargo, el equipo no logró eso y quedó muy descompensado, ante la evidencia de que se trabajó muy poco con ese sistema. Frente a Huracán pasó al otro extremo, volvió al 4-4-2 y colocó seis defensores. El funcionamiento no mejoró, hubo falencias atrás y no encontró la contundencia para capitalizar las situaciones que se le presentaron, más por errores del rival que por elaboración propia. "Me encantó la actitud del equipo", dijo Caruso post el 1-3, luego de que Racing, a diferencia de lo que expresó el DT, volviera a quedar en deuda con el compromiso. "No ponen huevos, no ponen nada, porque no se van todos a la concha de su hermana", les gritaron los hinchas a los jugadores contra el Globo. A Caruso, en cambio, la gente no lo castigó. Es más: en una encuesta que lanzó ayer la web de Olé, la mayoría de los hinchas votó a favor de que Caruso siga por más que pierda ante Boca.

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