viernes, 9 de octubre de 2009

Gracias por todo Caruso



Luego de la derrota ante Boca, Caruso Lombardi dejó de ser el técnico de Racing. Salvando al equipo de la promoción con un brillante Clausura no pudo encontrar al equipo en el Apertura y se va dejando atrás un ciclo con tan sólo seis derrotas en veinticuatro partidos.


La situación no dio para más, Caruso no pudo seguir sosteniéndose en su cargo y fiel a sus palabras decidió dejar el cargo que ocupaba desde inicios del pasado Clausura. El esperanzador gol de Caballero mantenía viva la ilusión del triunfo ante Boca y de poder lograr la primera victoria en el torneo para enderezar el rumbo pero en el segundo tiempo todo se caería una vez más. El talento de un jugador diferente como Riquelme fue más que suficiente para dar vuelta el encuentro con dos tantos de Viatri.

Una vez que Maglio pitó el final algo raro se empezó a olfatear. Situaciones extraordinarias se sucedieron en la noche de Avellaneda: por primera vez el ex técnico se juntó con los jugadores en mitad de cancha y minutos más tardes tampoco daría su habitual conferencia de prensa. Algo fuera de lo común estaba por pasar y se presentía lo que podía ser: el final su ciclo en Racing. Una vez entrada la madrugada los rumores se empezaron a concretar, llegó la mañana y todo se confirmó: “La decisión está tomada”, dijo el entrenador.

Pero no es una salida más, común y corriente, sino que hay algo más. Hacía tiempo que no sucedía que un técnico se fuera por decisión propia pero teniendo el absoluto respaldo de la dirigencia y de la hinchada. Caruso se fue por motus propia, no pudo sostener según sus propias palabras, la vergüenza de no poder ganar ningún partido en este Apertura algo que nunca le había pasado en su carrera y que no está a la altura de un club de la grandeza de Racing. Evidentemente, dejó una marca en la gente que cantó: “Caruso no se va…” y en la dirigencia que lo intentó convencer de todas las maneras que pudo. No se quiso traicionar a él mismo y decidió dar por finalizado su ciclo en La Academia.

Deja atrás ocho meses de trabajo, en los que dirigió al equipo en veinticuatro partidos, ganando ocho, perdiendo seis y empatando diez. Deja atrás un glorioso Clausura en el que agarró al equipo devastado y con la posibilidad concreta de descender directamente de categoría, lo transformó, lavó cabezas y finalizó increíblemente quinto con treinta puntos, llegando a una suma que Racing no lograba desde el torneo Clausura 2005 cuando de la mano de Guillermo Rivarola había cosechado treinta y dos unidades. Además goleó a Boca (3-0), le ganó a River (1-0) e igualó con San Lorenzo (1-1).

Una vez alcanzado la gloria, Caruso apostó por seguir, por armar su equipo e ilusionarse con poder clasificar a la Copa Libertadores 2010 o pelear bien arriba el Apertura. El armado del plantel no fue fácil, Racing perdió jugadores claves para la columna vertebral del once de Caruso como Migliore, Sosa, Shaffer y Zuculini y los que llegaron nunca terminaron de suplirlos adecuadamente. Llegaron Santillo, De Olivera, Cahais, Tavio, Rosano, Brítez Ojeda, Ledesma, Steinert y Javier Velázquez pero sacando el buen rendimiento del ex arquero de Chicago los demás, hasta el momento, no pudieron gravitar demasiado. Las lesiones de Cáceres, Wagner y Yacob en el arranque del torneo complicaron aún más las cosas y la idea del técnico de mantener al mismo equipo que el torneo anterior se empezaba complicar. Los refuerzos, que en principio llegaron con la función de ser recambio, tuvieron que saltar a la cancha de entrada y el equipo nunca se terminó de formar.

El optimismo y las ganas se fueron apagando lentamente. Las derrotas y los empates comenzaron a llover pero de las victorias nada se supo. Llegó el clásico con el Rojo con el objetivo de funcionar de bisagra pero finalmente produjo el efecto contrario y con la derrota la situación se agravó aún más. Caruso planteó como las últimas oportunidades los encuentros ante Huracán y Boca y las dos derrotas decretaron el final de la historia.

Lamentablemente la salida de Caruso quedará marcada para siempre a causa de que el equipo no ganó uno de ocho partidos en el Apertura pero hay que ser memoriosos y agradecidos con un técnico que en poco tiempo le dio mucho al club. Muchas gracias Caruso, buena suerte y hasta luego. Las puertas de Racing las tenés abiertas.

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