El delantero de Racing, Valentín Viola, quien logró superar su conflicto contractual con el club, habló de la pretemporada, por fuera y por dentro, de Simeone y las diferencias con el cuerpo técnico anterior; y de su rol en la cancha contó: “El técnico me pide que abra al equipo, y ahí me siento más libre”.
Pocos creían contar con su presencia allí. Pero ahí estaba Valentín Viola. Enfrentado a los micrófonos, contando sus primeras sensaciones, analizando su gran oportunidad para despegar y consolidarse. Carismático como siempre, con la humildad que pocos portan, cuando el aura del éxito les ronda su figura, habló cara a cara, sin rodeos.
“Obviamente estoy mucho mejor después de lo que pasó. Por suerte se arregló todo y está todo bien. Fue una semana muy dura, muy triste. Pensé que podía quedar relegado del plantel de Primera”, narra con desahogo. Y dice que por suerte “en estos días se mostró la ayuda del uno al otro”.
“Las sensaciones en el nuevo ciclo son muy buenas y, hasta ahora, los amistosos dijeron lo mismo. Tuvimos buenos resultados y buen funcionamiento, pero tenemos que aceitar un par de cosas”, cuenta. Aunque aclara que “los amistosos no pautan nada. Sin embargo, tener buenos resultados te dan confianza”.
Viola está sintiendo el esfuerzo físico de la mano del nuevo preparador, Oscar Ortega, y lo compara con el trabajo del cuerpo técnico pasado: “Las preparaciones físicas son totalmente diferentes. Las bases de los profes son distintas. Es todo muy diferente”.
Enseguida se mete en lo profundo. Lo que interesa, al fin y al cabo: el fútbol de Racing: “Los jugadores que tenemos nos dan el estilo de juego que necesitamos. Con Gio y Pato se puede tener más la pelota. Y al jugar con tres delanteros bien abiertos, el equipo tiene que ser mucho más vertical”. Empieza a desmenuzar los matices de la estructura edificada a partir de la llegada del Cholo. Y confiesa que le gusta jugar por los costados, como lo puso el entrenador en su primer amistoso: “En inferiores ya jugaba por ahí, más por izquierda, porque cuando engancho para adentro me queda la pierna derecha de frente al arco y me siento muy cómodo. Por afuera me siento más libre, con más espacio que si jugara de nueve”. Y añade: “El técnico me pide que no cierre al equipo, porque cuanto más me abra más espacio le doy a mis compañeros”.
Titín no pretende hacerse ilusiones en cuanto a su oportunidad en el equipo titular: “No me quiero apresurar. Con el correr de los partidos y de las fechas se irá dando sólo”.
Por otra parte, explica cómo fueron pasando estas dos semanas de concentración exclusiva en Open Door, un lugar que ha quedado marcado a fuego por el dolor para gran parte del grupo: “Estar encerrado quince días es difícil. Pero hay mucho compañerismo, hay buena relación entre todos y lo llevamos bien”.
Y cierra siendo cauto: “Después de la quinta fecha se va saber para qué está Racing”.
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