domingo, 17 de julio de 2011

Con el pie derecho

El Racing de Simeone se quedó con su primer amistoso; venció 2 - 1 a Villa San Carlos. Pillud y Bieler (¡sí, el Taca!) convirtieron los goles. El equipo mostró nuevos conceptos, pero le costó imponerse ante un rival menor. El Cholo presentó un 4-3-3, con mucha movilidad y una defensa férrea. Lo destacado: el provechoso resultado en el debut.

La fresca mañana de Open Door se fue recalentando con el pasar de los minutos. Al ritmo del repertorio de Diego Simeone, claro. En su debut, el Cholo arrancó tranquilo pero, sanguíneo como siempre, fue levantando temperatura. Es que así lo marcan su personalidad, su carácter, su sangre. Son sus formas, diría Miguel Russo. Sin embargo, ante todo, lo que primó fue el buen arranque del nuevo entrenador. Le ganó a Villa San Carlos, por 2 a 1, con goles de dos jugadores particulares: Iván Pillud y Claudio Bieler. Uno es vital en su esquema táctico; al otro, a pesar de la opinión pública, lo está bancando. Y sí, Racing comenzó con el pie derecho.

En dos tiempos de treinta minutos, la Academia intentó imponer su juego. El sistema vertical, la profundidad en los ataques, los constantes desbordes buscaron aminorar al equipo que viene de la B Metropolitana. Sin embargo, fue trabajoso el partido para los de Avellaneda. Tanto que comenzó perdiendo. El nueve del Celeste, Sarati, recibió la pelota de un centro atrás y la mandó adentro, con frialdad. Con la misma que acechaba aquellos pagos a las nueve de la mañana.

A base de empeño, del oficio de los laterales, que trepaban con asiduidad, de la excelente distribución de Pelletieri (la figura), del buen manejo de Toranzo y de los endiablados movimientos de Lugüercio y Hauche, Racing lo empató a los 27. Una proyección con potencia de Pillud, que el lateral descansó en el Pato, terminó en habilitación al Demonio, pase al medio de éste, por abajo, al cuatro y gol. Pillud, pisando el área chica, hizo el empate y comenzaba otro partido. El conjunto de Simeone tuvo algunas aproximaciones más al arco de enfrente y se fue apaciguado al descanso.

En la segunda mitad, Racing abrió rápido el juego. A los 11, se gestó la jugada del triunfo. Arrancó Licht desde su sector, tocó para Fariña, Lugüercio se llevó la marca hasta la medialuna, metió la pared con el juvenil y Bieler, que estaba sólo en el punto del penal, empujó a la red el centro atrás de Fariña. Hasta ahí, las acciones más relevantes.

Como diría Pelletiri después, en sus declaraciones, el encuentro sirvió para fijar los conceptos bajados por el Cholo. Fue claro el hincapié en la zona defensiva. Cuando el rival ahoga, delante de la línea del fondo, se ubican todos los que quedan. Menos el nueve. Así, de derecha a izquierda: Hauche, Toranzo, Pelletieri, Fariña y Lugüercio. El cerrojo que se pretende aplicar está a la vista. Sólo Bieler quedaba, para molestar, arriba. En caso de recuperar el balón, la contra será letal. O, por lo menos, eso tiene en su cabeza y en el pizarrón el técnico.

En la ofensiva busca profundidad y romper por los costados a la defensa. Si, a veces, defienden con diez, cuando atacan lo hacen con seis y quien se sume. Los laterales son vitales para abrir la cancha y la premisa es subir desaforadamente.

Todavía el equipo no logra ser un fiel reflejo de su comandante. Aunque, por momentos, es frenético, como lo marca el temperamento de Simeone. Eso sí: Racing va para adelante. No se detiene, salvo si la toma Toranzo; la descarga se efectúa en segundos, la mitad de la cancha sólo registra las huellas del paso de un conjunto que pretende (aclaro: pretende) ser arrollador. Y todos corren. Ese es principio básico para ser titular.

Racing ganó y, hoy, se festeja el buen arranque. Pero, por supuesto y es lógico, falta para alcanzar el funcionamiento ideal. La Academia debe fijar aún más y profundizar los conceptos. Aunque fue un aceptable debut. Además, faltan Teo Gutiérrez y Gio. Y se sabe que marcan diferencias. Hoy le alcanzó con que Pillud la empuje con su pie derecho. Y con que Bieler le dé un pase a la red, con el pie derecho. Por eso, y por poco más, con el pie derecho comenzó Racing.

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