lunes, 30 de agosto de 2010

Un partido, muchas dudas

El elenco bahiense justificó su victoria a partir del segundo periodo, en donde Racing mostró su peor cara. Los de Russo no capitalizaron las pocas que tuvieron en la primera mitad y Olimpo, por intermedio de Bareiro, sumó su segundo triunfo en casa. La Academia terminó con nueve por las expulsiones de Cahais y Toranzo.

En el tiempo no se recordará, ya que fue una jugada de gol como tantas en un partido. Aunque en este no, y en el modelo de equipo que imagina Russo tampoco. Un centro pasado, Bareiro la dominó en el área siendo observado por varios jugadores de Racing que miraban atentos como el goleador buscaba el mejor ángulo para sacar el zurdazo. Pateó, la pelota rebotó y fue sobre otro jugador de Olimpo que tras patear y no encontrar la meta solo se proponía volver a caer en un jugador local. El "fútbol", inteligente, sabía que colores le estaban dando un mejor trato y quienes no solo la despotricaban, sino que no la querían ni un poco. Fue la jugada del partido, como mínimo la del segundo tiempo. El local iba con lo poco que tiene y Racing sufría el partido. Cortado en todas sus líneas, ancho cuando debía ser angosto, con roles cambiados y un desorden que ni siquiera atropellaba a un equipo que a esa altura recibía cálidos aplausos de parte de su publico.

No pintaba mal. Un derechazo de Giovanni Moreno, Bieler algo mas participativo y dando juego y espacios, otra buena intervención de Tombolini tras un cabezazo de Martínez y la llegada de Lugüercio por el medio del área que impulso varios "goooouuuu"... Un rechazo (no puede considerarse frentazo) de Delorte había sido la única intervención de los de De Felipe en la faz ofensiva, que hasta ahí no se conocía en profundidad el plan con el que penetraría a una sólida defensa racinguista. Durante la previa se supo que los locales respetaban al máximo a los de Avellaneda, tomándolo como uno de los elencos que alentarían lo más alto del torneo.

Los bahienses cambiaron el aire e hicieron pie en el partido con las intervenciones por el sector izquierdo del medio/defensa de Racing. Crecía la imagen de Castillón y carecía de juego y recuperación Lucas Licht, común en el ex GELP durante todo el torneo. Desde ese sector, a los 38 minutos llovió el centro a la cabeza de Delorte, que peinó el balón para el control y severo remate de Bareiro. Gol y final del partido. En ese instante, el dubitativo Abal podría haber dado por finalizado el juego.

En el complemento se dejó ver lo peor de Racing en el campeonato: Nada del medio hacia arriba, desorden en el medio y tibieza defensiva. En ese lapso se dejo ver a un desahuciado Cáceres dando muchas ventajas en lo físico, Toranzo equivocando los caminos en el armado y dándole un tratamiento erróneo al balón quieto, Giovanni Moreno sin compromiso con el juego y Bieler buscando ser buscado. En tanto que Castillón seguía dejando su sello por la banda, lo mismo que llevó a cabo Rolle cuando ingresó. Desde los quince del complemento no solo desde ese sector aparecían las chances para Olimpo, a esa altura las grietas estaban presentes en todo el ancho de la defensa. Las ganas de Mayorga no olvidaban a Yacob y con "algo" de José Fernández alcanzo para opacar aun más el presente de Licht.

Las expulsiones de Cahais y Toranzo tiñeron de un color aun más oscuro el final del juego y dejaron el mismo tono para el futuro inmediato. Mas allá de las especulaciones y la posibilidad de que Racing solicite nuevamente el "225" por Cáceres y Giovanni para que puedan estar Toranzo y Cahais ante Colón, el escenario es preocupante.

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