martes, 17 de agosto de 2010

Fiesta en la Bombonera

Desahogo, felicidad e ilusión son sinónimos que describen los sentimientos de los 3.500 hinchas que colmaron la tercer bandeja del Estadio Alberto J. Armando que, sin importar el frío que corría allá arriba, alentaron sin parar dando cuenta, una vez más, de lo glorioso y lo grandioso que es y será La Numero 1.

El entusiasmo que despertó en los hinchas el hecho de haber debutado con una victoria ante All Boys, se vio reflejado en la cantidad de gente que acompañó al equipo de Miguel Angel Russo que, ya desde temprano, llegó a las adyacencias de La Bombonera buscando esa ilusión que lo deje tranquilo durante toda la semana.

Sonó el silbato y ahora empezaba lo complicado. Muchos no llegaron a acomodarse que a los 10 minutos Lucas Viatri convirtió y puso en el electrónico el 1-0 parcial para Boca. Por ende, el murmullo no tardó en llegar. La pálida imagen que había dejado el equipo frente a All Boys parecía que volvía a aparecer y muchos se preguntaban: ¿Otra vez lo mismo?

“Este es el año Academia, no le falles a tu gente, es la que siempre te alienta, la que siempre esta presente” se escuchaba bajar de las alturas dando cuenta del entusiasmo que la gente seguía conservando a pesar de estar con el resultado en contra. Los minutos pasaban y Racing no encontraba la pelota hasta que a los 33 minutos del primer tiempo, Claudio Yacob se encargo de dar el pase a la red y hacer estallar a toda la parcialidad visitante.

Ahora si, comenzaba otro partido. Se regeneraron las esperanzas de poder volver a ver un Racing puntero y, para eso, había que empujar al equipo hacia adelante. Más allá de estar enfrentando al equipo de la rivera hubo tiempo para acordarnos de los amargos y el famoso “Viniste a los quinchos…” se hizo eco en la garganta de la multitud racinguista.

Generalmente, cuando pasan los primeros 45 minutos, la gente aprovecha para descansar o para comprar algo de comer. Sin duda, la palabra descansar no entra en el diccionario académico y al ritmo de los bombos, que nunca pararon, La Guardia Imperial desplegó de la A a la Z todo el repertorio anti-boca que se extendió hasta finalizado el encuentro. “Si la doce, sentada se quedo…” y “Yo quisiera ver a Boca unos años en la B” fueron algunas de las canciones con las que pasaron los 15 minutos del entretiempo.

Salen los equipos a la cancha para dar comienzo a lo que fueron los 45 minutos finales y no hubo tiempo ni para terminar el vaso de agua que a los 4 minutos Cáceres desenfundó un bombazo que se estrelló en el travesaño y, por suerte, pico adentro. El desahogo y la locura reinaron en ese momento en el que solo un hincha de Racing sabrá entender y podrá explicar. Lo que siente al festejar con el de al lado que, por estar tan enfermo por Racing como vos, lo abrazas como si tuviese a tu viejo al lado e intentas que te pellizque ya que no reaccionas de que estemos ganando por la minima diferencia y, que por el momento, seamos el único líder del torneo.

El cartel electrónico situado en la tercer bandeja de la popular local amenazaba e intimidaba ya que mostraba los minutos que faltan para que termine y finalmente llevarnos los tres puntos para Avellaneda. El tiempo no pasaba y el temor de que nos empaten era cada vez mayor.

El final se acercaba y la ansiedad subía. Los “hinchas” de Boca, por temor a que se desatara una tormenta eléctrica, decidieron abandonar sus asientos y dirigirse hacia la puerta que los llevaba a la salida para irse a sus casas con esa sensación AMARGA de volver a vivir lo mismo que el torneo pasado cuando les ganamos por 2-1 en su cancha.

El tan ansiado final, se hizo realidad. Luego de haber adicionado 4 minutos (la frutilla del postre que corono una actuación lamentable del señor Sergio Pezzota) la gente de Racing estallo al grito unísono de “VAMOS LA ACADEMIA” y esa altura podíamos decir que somos punteros del torneo.

Sin duda, La Academia se subió al tren de la ilusión. En el, están Miguel Ángel Russo, los jugadores, la dirigencia y toda la gente que deja lo que tiene que hacer para seguir a esta camiseta. La próxima estación es San Lorenzo el próximo sábado a las 20.20 y, por supuesto, se espera un Cilindro colmado.

Más allá de todo, ¿Quién nos quita la ilusión?”

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